sábado, 8 de novembro de 2008

Te borras

Este verano no conseguí la pócima. No la encontraba, no la sabía, no la gozaba. Rastreé y rastreé y tras unas mandrágoras viví su éxtasis sonoro y a flor de piel.

Me froté las paredes de la piel y exudé polvo de plata. Éste inhalé y me encontré mareada, aturdida y con cierta sensación cósmica que superaba a la realidad. Me sentía con pies planos, tal vez me había convertido en un plantígrado o una anátide, no estaba segura, era una pieza más de la búsqueda por el ansiado tesoro amoroso, íntegro y preciso.

Energía renovable, fanática, sinfín excitante, un muérdago Arceuthobium Oxycedri de escasa categoría y valor discutible y rítmico. Porque las brechas sangrantes del corazón enlazan de forma radial con nuestras necesidades de prodigalidad, pero NO son reales sino imaginarias, como las amigas imaginarias o las muñecas de pelo largo como una sílfide infiel. El amor es infiel por naturaleza.

Recuerdo las veces que me teletransporté a mi pasado e intenté examinar un cúmulo de causalidades. Causalidades. Pero no me quedó todo claro, me desvinculé y desde entonces mi cuerpo tiene ocasionales ataques de ansiedad, como si estuviera roto, despreciado, alucinado, deformado óseamente. Quise prevenir y no curé, anduve vagando por las esquinas, por los bordes, por las líneas de los laterales, por un sinfín emparedado e inane de vueltas y revueltas, de vejaciones y mantras, todo para qué, para una gran nada fértil que llamamos amor romántico y nos machaca hasta que somos nosotras la materia de la piedra filosofal, ígnea que causa revoluciones y seísmos baratos, pero seísmos, terrenales, impresionantes, tremendos e incosecuentes. Como la vida misma.

De vuelta al momento presente, el más presente de los momentos, el momento presencial, insuperable, inveterado, incólume y retirado de cualquier lógica, simplemente terrible, infame y repleto de obviedades nauseabundas. El momento presente y sus causalidades, sus explicaciones, su lógica aplastante, el yo.no.sé.qué, un momento vacío donde todo el mundo te dice lo que tienes que hacer, lo que tienes que pensar, lo que debería haber sido, lo que va a suceder. En fin, una mierda de momento. Pues en el momento presente no tuve ningún say in the matter, ninguna manera de resarcirme del dolor y muy pocas posibilidades de éxito en el tatetí de Miguelito.

Es como si lo que quieres aunque abunde no te pasa. Te empeñas en esto y lo otro y no te pasa, no te quiere pasar. A ver, yo te quiero ver a ti y tú no me quieres ver a mí porque estás ocupada. ¿Qué coño es esto? Pues es el presente, ni más más ni más menos.

Viendo las cosas desde un púnto de vista práctico, histriónico, difásico, diatribático, mecánico y perseverante yo diría que aunque mueva ficha no me voy a poder enrocar. Porque no me dejan, porque no puedo, porque no pasa, porque la chulería y el jaque mate ya me lo he ganado sin merecerlo, porque te lo has ganado, chatina, porque te toca. Y juegas también porque te toca.

Yo no quiero jugar, ni desvelarme, ni fastidiarme, ni resolucionarme, yo sólo quiero verte a ti y ya está. Anda que no es sencilla la cosa, Diossss, anda que no es sencilla, clarita y trasparente. Ni paso palabra ni nada de nada de nada.

Yo te quiero a ti y sanseacabó, que la ocasión es now. Y si no fueras tú ya me encargaré yo de poner el cartel de disponible en el 2010 que ya está cada vez más cerca, cada vez más cerca del momento presente, cada vez más ágil, con buena presencia, con posibles, con de todo. Si es que no me entero de nada, nunca me entero de nada, pregunto y no me dicen lo que quiero oír y eso no es justo. Joróbate y baila.

¿No puedo rehuir el dolor? ¿No puedo humillarlo con mis lágrimas rebullentes, turquesas y varoniles? ¿Acaso no puedo? Ahora quiero dormir, quiero percibir mi respiración, mmmhhh, mmmhhh, quiero ventilar mi mente y defragmentar mis neuronas hasta que se recoloquen y decidan hacer pandilla para reconstruirme o volverme loca, una de dos.

Me olvido, me olvido, me olvide de tu perfil, el holograma, el sueño de una noche de verano, la ilusión de saber de ti, de intuirte, de personificarte, pero te borras, te borras, y yo me duermo y te sueño, pero te borras.

Um comentário:

  1. "El amor es infiel por naturaleza"
    Me encanta. A mí también me gusta mucho como escribes.
    El presente es el que nos hacemos en cada momento, y la verdad es que es difícil que pase algo estraordinario, pero siempre pasa algo, sólo que algunas veces no sabemos mirarlo... En los días extraños, que son a los que te refieres como días en que te sientes "aturdida y con cierta sensación cósmica que superaba a la realidad", son en los que se ve la verdad verdadera del presente real. El tiempo se pierde en su verdadera dimensión, la de la eternidad y es cuando nos damos cuenta de lo relativo del presente y del momento.
    Cumplir nuestros deseos no nos asegura la felicidad. A veces acaba con ella y nos hace más insatisfechos.
    Y efectivamente las cosas son aqui y ahora, las oportunidades se presentan o se pierden. Así es: ajo y agua.
    AY el dolor, que gran aliado!!!!!

    Un beso

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