segunda-feira, 24 de novembro de 2008

Tarde de domingo

Tarde de éxito deportivo la del domingo. Y no sólo para los chicos de la Davis, que sin Nadal ganaron la tercera. Sino también para mí.
Había fiesta fetiche de ropa deportiva en un pub de la capital y nicenipé (ni corto ni perezoso) me fui con Alber (de ahora de adelante Alberto Pecados, porque él me lleva por estos derroteros).

Cuando estaba llegando, un aire de ridiculez me soplaba el cogote y pensé "¿dónde vas carnaval?". Quise entonarme con alguna cerveza en los chineles antes de entrar pero Alber se negó.

La primera anécdota me pilló en calzoncillos. Suena mi sintonía del 1,2,3 en mi móvil. Miro la pantallita. Dallane.
Contesto susurrando: Daaaaaaaaaa, que no puedo hablar. Que como han ganado los chicos del tenis, me he puesto mi ropita deportiva y estoy en una fiesta en ...
-Da: ¡¿Qué dices?! ¡¿Qué dices?!
-Bueno que se oye fatal, luego hablamos, que no hay cobertura.

Menos mal, porque yo estaba algo aturdido por el sitio, la situación, y la llamada en ese momento no me ayudaba a tener controlodas todas mis pertenencias mientras me cambiaba. Que nunca se sabe.

Y "la anécdota" fue que me encontré con Igor, ex compi de la tele, y tonteamos. Punto. Al salir, compartí la información con Barb.
Palabras de ella de qué ha pensado cuando lo ha visto por los pasillos esta mañana "Hmmm, pillín, que yo sé dónde estuviste anoche y qué estabas haciendo...".
Qué razón tenía aquél. La información es poder. Y con este descubrimiento... ¡Qué vivan los domingos de los solteros!

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