sexta-feira, 14 de novembro de 2008

Jilgueros atómicos de alma apenada pero jubilosa

Un beso es un deseo arrancado, un regalo un deseo entregado, un verso un deseo imaginado.

Los jilgueros son almas tardías en su belleza prestas a abandonar su nido tras el primer lance de su adolescencia. Se pierden en los cielos plomizos, recorren los que son amplios y azur, se tiran en picado a las superficies crema de los amaneceres ardientes de verano, y planean inseguros por los bosquejos de ideas delirantes e impecables.

Y vuelven a su nido. Como yo hice retornando a Madrid donde me han esperado esos besos, esos regalos y esos versos.

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