domingo, 9 de novembro de 2008

La suricata aparece y desaparece vertiginosamente

Hoy he decidido dejar de dar la brasa a las amigas y montarme en el carro de velocidad vertiginosa de algún colectivo (habrá) de poesía, para leer mis escritos ante un público expectante y dejar atrás mi timidez. Mi peli sufrirá en el intento, pero ya he prometido subir capítulos en Youtube y lo haré, lo haré ...

Hoy me he levantado sintiéndome una absoluta mierda y llorando como una magdalena (sí, las de tazón de leche) y ahora estoy de mejor humor gracias a los comentarios que habéis puesto en mi blog, saber que tal vez vea a Poquitos (mi arcángel Gabriel, dos años menos veinte días de edad, mi sobris rubito medio alemán medio mulatito, como yo, aunque yo no soy medio alemana, sino más bien medio marciana) y decidirme a ver a gente.

Creo que este último encuentro con la niña de cuerpo serrano que me ha traído por la calle de la amargura este viernes me ha sacudido. Aunque ya me he dado cuenta de lo que ha pasado. Me ha obligado a abrirme a mí misma y eso me ha dolido como la extirpación de un órgano. Efectivamente, ha obligado que mi corazón salga al exterior y rompa el cerco de grapas que había hincado en la grieta de mi tórax para no conmoverme (y no lo sabía, no lo sabía).

Después del desfalco mayor con mi última novia con aquel dique reventado por un tornado que giraba con corriente alterna, tras una relación de tres años incomprensible por cómo la ternura se mezclaba con un nivel brutal de incomprensión, y la conmoción con Cuore creo que no podía aguantar el desprotegerme. Pensaba que estaba abierta al mundo y no era consciente de que había puesto velcro en mi alma, y de repente me ha sorpendido el amor a bocajarro y cuando me he mirado he visto que tengo un agujero en el cuerpo como Bruce Willis en El Sexto Sentido.

No la siento ni la veo ni me turba. La añoro por dentro y vivo con fuerza la eternidad de sus pechos. El tenerla me da más miedo que el perderla.

Por eso he decidido convertirme en magnetismo puro como un diamante en bruto y dejar mi personalidad de suricata para no volver a trasmitir la rabia. ¿Podrá salir y recibir amor?

2 comentários:

  1. El amor por fortuna,llega cuándo una menos se lo espera.
    Y el desamor aúnque és más lento y te vá dañando y minando por dentro las carnes tremulas,también desaparece por fortuna.

    Lo verdaderamente íncreible,és lo caníbales que podemos ser con nosotros mismos...

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  2. El desamor es la estela de cal que no cede ante la esponja, porque no hay esponja que llegue tan profundo, por tanto recoveco, haría desaparecer los bronquios y los alveolos.

    Me ayudas mucho hablándome del desamor; ya se me había olvidado que soy becaria del platonismo (y llevo un tiempo sin pensar en el amor platónico que es casi el único en el que creo). Tiendo a fusionar el desamor con el ámbito del amor. Es cierto, es tan cierto ... cada uno tiene su umbral de acción.

    El amor platónico tal vez funcionaría mejor en tiempos de Platón cuando la gente la tenías a mano. En este Madrid si quieres a alguien no vuelves a verla más y eso es desesperante, desesperante.

    Yo no estoy tan convencida de que el amor llegue cuando menos ... No sé qué pasa con ese amor tan celebrado, la semana pasada creía en él, hoy he perdido mi fe. Pero sé que también me pasa con las anchoas, que son mis preferidas, o el queso de cabra, si me paso, y luego vuelvo a la normalidad.

    Sigamos hablando de amor porque tiene mucha miga. Quiero empezar a entenderlo, tanto hablar de él y ahora me doy cuenta de que no tenía ni idea, ni idea. Me da miedo, y nunca me había pasado.

    Besos

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