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quinta-feira, 1 de janeiro de 2009
Post de hoy
Había pillado una peli para verla con mi madre, Viaje a ninguna parte, de Fernando Fernán Gómez, y ha sido el bajón personificado, qué mala pata, y yo que quería animar a mi madre con una comedia. Nos hemos quedado las dos chafadas y yo estoy intentando quitarme el marrón de la cabeza.
Mañana tengo que hacer la primera factura para mi empresa y voy a volver a mi casa tras estos días aquí haciendo la ronda nocturna. En estos últimos tres días ha habido de todo por parte de mi padre, incluyendo una madrugada entera en Urgencias por sus ataques psicóticos. Hemos diseñado un par de estrategias para que cuando se ponga violento se desfogue un poco, y mi madre y yo estamos trabajando en equipo.
En estas fiestas, como todas las que he pasado en Madrid desde tiempos inmemoriales, mi padre nos ha hecho pasar unas Navidades llenas de líos, pero ha sido bonito cómo hemos acudido para arropar a mi madre como una bandada de pajarillos haciéndose espacio en el nido de la mamá. Eso ha sido lo más precioso de todo.
Mañana vuelvo a casa, de nuevo sin haber establecido una rutina para el tiempo que voy a tener libre. Un día y medio después de haber vuelto a mi casa tras la semana de Navidad, el médico de urgencias me llamó a la una de la mañana para preguntarme por la actitud de mi padre y tuve que coger un taxi rauda y veloz para apoyar a mi madre con la papeleta. Esta vez me llevé el ordenador y como la tarjeta 3G me ha estado dando dolor de cabeza al utilizarla he terminado sacándome de la manga una conexión atávica dial-up de estas de módem que ha resultado ser la mar de práctica.
Mi madre me ha visto delante del portátil durante horas y horas, llamando a mi hermana para que encontrara alguna conexión todavía viva, intentando pasar la tarjeta 3G de móvil a móvil, para ver si había alguno de la montaña de reciclado que tiene que me funcionara tal vez con Bluetooth y no me diera dolor de cabeza. Me ha preguntado si realmente valía la pena, y yo le respondí que yo con ordenadores tenía mucha paciencia y que al final el ejercerla daba buenos resultados. Tras unos minutos de semejante declaración de principios conseguí que me funcionara el internet y mi madre me miró con algo de sorpresa. Utilizo cada oportunidad disponible para mostrarle cómo soy, contárselo, decírselo, para que no le quepa ninguna duda, tal vez para querer que me quiera más, que se dé cuenta de que tantos años ignorándome fueron una equivocación y que ahora tenemos la oportunidad de retomar. Llevo así desde que volví a Madrid hace cuatro años y sé que ella está muy contenta con que yo esté aquí con ella y haga lo posible para ayudarla en todo lo que se nos ha caído encima.
Pero bueno, mañana voy a volver a casa, aunque seguiré la situación con mi padre muy de cerca, y supongo que tendré que pensar en cómo voy a emplear mi tiempo ahora que voy a poder disponer de él mucho más. Sé que en el fondo sólo quiero leer y escribir para descubrir la vuelta al mundo en ochenta mil neuronas dentro de mi cabeza, y no quiero distracciones. Pero es curioso cómo me despisto en cuanto pasan unas horas y me dedico a otras cosas o me cambian el paisaje.
Si realmente tengo que hacer un esfuerzo tonto y pensar en cómo van a cambiar las cosas en este nuevo año tendré que decir, más que nada porque me acordaré de este pequeño dato, que este año 2009 es cuando estaré intentando acorralar mi personalidad artística e intentar ir un poquito más lejos que el año pasado, que ha sido un año formidable en ese sentido. Pero no es porque tenga una gran ambición de nada, sólo si acaso de encontrarme a mí misma un poquito más. Quiero encontrarme con esa yo y entenderme con ella, seguirme, empujarme, apoyarme y afianzar la seguridad en mí misma, en mi propia circunvalación, en mis recursos, centrarme en mi trabajo intelectual, relamerme con esas frases, esos conceptos que leo y escribo, esas palabras que me inundan y me rescatan. Esa soy yo.
También quiero comunicarme más pero mejor. Me he dado cuenta de que últimamente estoy ahorrando fuerzas y haciendo huequito para aquellas personas con quien tengo tanto que compartir. No quiero predicar en el desierto (no quiero predicar) con cierta gente a la que tal vez antes quería impresionar; tan sólo quiero sentirme cómoda, en familia, cualquiera que sea el precio, y hacer de la soledad un lugar reconfortante donde convivir conmigo misma ágil, alegre, sin competitividad, por supuesto sin prisas, ni dependencias con nada ni nadie a menos que se trate de momentos irrepetibles. Me gustaría darle las gracias una a una a todas esas personas que me han abierto los ojos, que me han dado alas, cariñitos, risas porque creo que este último año he sido bastante feliz, pero hacer esas cosas es como reconocer que algo se ha acabado y me pone algo nerviosa. Ya iré dando besitos por las esquinas, jeje
Siento que esta revolución personal va a traerme muchas sorpresas aunque no tengo ni idea de cuáles ni cómo serán. Me veo a mí misma llevando encima una chaqueta de cuadros escoceses rojos, cubierta de confeti, la mente en continua ebullición flotando entre narraciones y conceptos, durmiendo mejor, haciendo algo de magia.
No sé qué voy a hacer con estos pobres ojos míos. Los está devorando la sequedad del Lamictal. Voy a tener que ser constante con los baños oculares de manzanilla y comer todas aquellas cosas que ayudan: remolacha, col roja, moras, verduras brillantes, espinacas, etc. Espero también tener algo más de energía el resto del invierno porque aunque haga sofing la mayoría del tiempo por lo menos me gustaría hacerlo con un poco de clase.
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15:28
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Ssplash me encanto, esa manera de tomar los proyectos, de hacer planes
ResponderExcluirde estar en el dia a dia, es un sueño estar tan organizado,
y priorizar en el caos los afectos, y tener esa actitud de estar
en todas parte, y poniendo el cuerpo, y verse en los otros,
viéndolos, y que puedas recuperar ese sentimiento de
familia, no quiero pecar de mentiroso,
pero no hay tantas maneras mejores, de empezar un año.
y los de las mariposas ,es un acierto,pero me cuesta creer,que
alguna vez fuistes una oruga.
Besos.
Edu.
Mi querido Edu,
ResponderExcluirMe hace mucha ilusión y mucho bien tu comentario. Hoy de hecho he salido un poco espantada de casa, porque a veces las personas heridas te están constantemente provocando para que te comportes como esperan que lo haga el mundo.
Me he dado cuenta de que no se puede estar constantemente esperando que cambien, lanzarles miles de sugerencias, crear construcciones fantásticas de arena para animarles ... (terminan desparramadas por sus manotazos impaciencientes).
El silencio a veces es lo que más cuenta, la comprensión, pero sobre todo dar ejemplo de integridad, de autoamor, de que no todo tiene que ser difícil o imposible, que las metas no están tan lejos y que no hay que tener tanta valentía para alcanzarlas, sobre todo si se fijan cercanas, a mano, con tiento.
Intento dar ejemplo sobre todo a mi madre con mi propia vida, estimular su autoestima viendo cómo yo defiendo la mía silenciosamente, y al mismo tiempo no me importa enseñarle mi lado débil.
Espero haber dejado la casa mejor que cuando la encontré hace unos días. Seguiré pendiente de ell@s, pero sé que les ayudo si yo estoy en paz.
Paz también para mi amigo allí, tan cerca.
Besosss