quinta-feira, 22 de janeiro de 2009

Hoy no experimento la vida tan fuerte, tan intensamente, tan desesperadamente como debiera




A menudo siento como si mis ojos fueran los de un ecce homo, Esta mañana he estado en el hospital acompañando a mi hermano a su consulta en neurología. Mientras esperábamos mi vista se dedicó a recoger y memorizar los vientres de los baldosines macilentos de las paredes, los bordes, los relieves, aprisionando sus colores, intentando descifrar la numerología de sus brillos, de las formas tridimensionadas de los objetos de oficina que yacían en ese hospital. Mi mirada magnetizaba los olores rancios, las miasmas de alcohol, los sabores ácimos de papel de secar en serie. Y los techos inacabables, las gentes desequilibradas en los asientos incómododos, su latir incesante y sus ganas de vivir intactas.

Mi cerebro percibe los sucesos, los objetos con los cuatro o más sentidos, pero el de la memoria no es el principal. Tengo que ejercerla, tengo que torturar mi mente con las voces, los olores, las formas de las cosas, de las personas. En mi subconsciente viven mis personas antepasadas, garabateando en el ADN mensajes cifrados, dándole sentido a mi vida, a mis virtudes de observación, replicándome, interpretándome. Y esta forma de exprimir lo que me rodea es mi perdición y también mi éxtasis. Mi mente no genera ideas válidas sino sólo un sumidero de reflujos de lo visionado y memorizado:

pararrayos
cristales
su barba
el granito
bandas en la mochila
olor a café en grano en el autobús
el abrigo gris de ese hombre
su semblante dormido
un eco de un móvil solapado en una bolsa
la frescura de la fruta
el eterno vagar de la luz reflejada
la tos apenas contenida
sonidos de velocidad de un tren que ruge
colores naranja
sus botas de cuero
una amarga sonrisa de invierno
una mirada fruncida
los bajos de un pantalón de campana
los cactus arrollando el reborde de una estación en la sierra
risas apagadas
el olor a recauchutado
él me adelanta y huele a mi tío abuelo
no es un iPod genuino
tus ojos no son mis ojos
tengo que apretar la punta del bolígrafo
ella ha terminado el trabajo


Hoy no experimento la vida tan fuerte, tan intensamente, tan desesperadamente como debiera. Libre de ataduras

de if so
de hay que hacer
de saber cómo
si no ... tal

Um comentário:

  1. Sonsoles,

    Sí, va a ser un ejercicio que creo que ahora me puedo proponer como mantra, porque no me va a hacer tanto daño ni va a ser una exhibición de heridas de guerra.

    Y no había hecho la lista :-), eso quiere decir que no la tengo a cuestas tampoco

    Muchos besitos

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