Por un puñado de lágrimas

Joder, llevo desde las tres de la tarde haciendo una factura, y voy a tener que repetir la plantilla otra vez el mes que viene porque soy completamente inútil con Excel y al final he puesto las cifras a pelo en vez de calcularlas automáticamente ... puaj! Sabía que me iba a deprimir y mezclar la saliva gangosa con la dislexia y con números que bailan enfrente de mis ojos y que siempre cambian cuando vuelvo a calcularlos. A quién le importan los números cuando se tienen las letras; nadie necesita saber si son dos o mil las que integran un escrito excepto la editorial, supongo. Aunque esto no quiere decir nada importante, la verdad.

Pero es infernal eso de hacer facturas, no me interesa nada, aunque no tenga pasta, me duelen los números y prefiero esconder la cabeza como las avestruces. Yo me divorcié de los números cuando empezaron a pisarme el pie y a volverse plastas y maleducados, así que les di esquinazo y hasta ahora. Además, nunca me llegan las cuentas.

Mientras estaba echando humo por lo tarde que es y yo enzarzada en el infierno de mis recibos y las hojas excel, prácticamente me puse a llorar cuando pensaba en algunas cosas que están pasando en mi familia y cómo me afectan. Llegué a la conclusión de que se trataba de los restos del naufragio, de haber soportado tanta tensión durante tanto tiempo en estas dos semanas entregándome yo a tope y recibiendo mucho agradecimiento de mi madre, sin duda, pero también bastante inquina, torpeza, autodestrucción y zepelines en forma de meteoros racimo.

Terminé pensando que es muy difícil estar rodeada de intentos abortados, buenas intenciones malogradas e ideas mal retribuidas. Y que es duro el contemplar cómo te siguen hiriendo de forma irresponsable y que tú tengas que ser la que pone la otra mejilla. Llegas a avergonzarte de hacerlo porque parece que no se te ocurre nada mejor, y no quieres contaminarte, embrutecerte tampoco, volverte una víctima agresiva, de las que no saben ya cómo vivir con normalidad.

Y me ha costado volver a mi pequeño mundo porque no cabe duda de que cuando te inmersas en la forma de pensar y de actuar de personas autodestructivas, aprendes a pensar como ellas y no hay vuelta atrás, sobre todo si te han educado así. Quiero dejar de visualizar las balas que alojan mis costillas, mi espalda, mi cuello, mis tobillos y que comparten espacio en paridad con mi carne, mis huesos y tendones. Estoy creando algo nuevo basado en articulaciones imposibles de mis cartílagos contra ellas; pero lo más difícil, casi imposible, es rediseñarte para no terminar comportándote igual que las almas en pena.

Es increíble el poder de un puñado de lágrimas. Ahora me encuentro mejor, aunque no sé si tendré pesadillas, me he enfrentado con el sentimiento frente a frente y me he dado cuenta de que no me puede vencer aunque me empuje con hostil y sádica bestialidad. Y todo eso porque me he cuidado yo hoy un poquito y no me han mermado la energía a dentelladas de tenazas en la carne.

He podido recargar las pilas un poco, aunque es una pena que sea tan tarde hoy, con la de cosas que tengo que hacer todavía esta noche ...