segunda-feira, 5 de janeiro de 2009

Excitación cardíaca



Cuando leo me dejo muchas cosas para luego - por ejemplo: vestir mi lectura con la reflexión. Leo rápido, me zambullo en las palabras como si fueran un magma, un maná, un soma, pero debiera degustarlas sin miedo a perderme la próxima página, el final del libro, la posesión de 600 hojas entre pecho y espalda.

Tal vez, lo que se lee es frágil y móvil, como la vida. Las páginas se suceden tan rápidamente como los segundos, pero gracias a la escritura sí hay vuelta atrás. La hay tanto para la lectura que utilizas para revelarte y reinventarte tus días pasados, como para la vida en futuro, que gracias a la escritura se vuelve tridimensional y cubista. Las sombras se convierten en ecos al igual que los perfiles, ideas y sensaciones encarnadas en mi piel sedienta.

El dolor físico en su recuerdo se resuelve en páginas de palabras quebradas, sólidas, metálicas, que sondean al mismo tiempo la pureza de la ternura hacia las cosas que sufren, como los libros, por ejemplo. Como soy hija de cardiólogo a las páginas de un libro les investigo el ventrículo (derecho) y la aurícula (derecha), pero como me gustan menos las caras derechas, a veces volteo las páginas hacia su izquierda para leer en retroceso como un libro en árabe.

"El músculo cardíaco es miogénico. Esto quiere decir que, a diferencia del músculo esquelético, que necesita de un estímulo consciente o reflejo, el músculo cardíaco se excita a sí mismo"

5 comentários:

  1. Eres la pluma más rápida del Oeste ... :-) ¿Cómo te das cuenta tan rápido de mis actualizaciones? Me tienes que contar el truqui, ¡venga, vaaaaaaa!

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  2. Tomamos las referencias griegas como creadores de la filosofía, (en ello hay algo de presunción occidental) pero olvidamos que los orientales la conocían siglos, quizá milenios, antes que ellos; le llamaban sabiduría. Platón debió beber de sus fuentes de alguna manera, o llegó casi a la misma conclusión. Se atribuyen a los chakras similares asociaciones...

    Por otra parte, aquella ápoca también era violenta. Necesitaban atribuir al valor el mayor de los poderes, fortalecerlo lo más posible. No parece que quisieran dejar mucho espacio a la sensibilidad del guerrero.

    No creo que el amor sea el valor, pero sí creo que es cierto lo siguiente: a más miedo, menos amor, y viceversa: como si hubiera que repartir la chocolatina entre ambos. Mi experiencia lo confirma.

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  3. Muy interesante, Nano. Sin duda, cierto. Lo que escribes me recuerda a un artículo que vi en Hombre Igualitarios sobre un libro de Jose Antonio Marina: en“Anatomía del miedo”, ofrece la siguiente definición de valentía:

    “Valiente es aquel a quien la dificultad o el esfuerzo no le impiden emprender algo justo o valioso, ni le hacen abandonar el propósito a mitad del camino. Actúa, pues, a pesar de la dificultad y guiando su acción por la justicia, que es el último criterio de la valentía.”

    También recogí del artículo de http://www.boletin.ahige.org/

    1. Una cosa es el valor y otra no tener miedo: No se puede llamar valiente a quien no siente miedo. El impávido, el que no percibe el peligro, es un loco o un insensible.

    2. Una cosa es el valor y otra la bravura: Hay personas pendencieras, violentas, agresivas, que disfrutan peleando, pero no son valientes.

    3. Una cosa es el valor y otra la furia: La furia (ira) es una emoción que impulsa contra algo que nos entorpece el paso y puede llegar a la agresividad.

    4. La valentía no es la sumisión a un miedo mayor: Quien en la guerra ataca porque teme un castigo por traidor o el deshonor o la vergüenza, no es un valiente, porque permanece bajo el reinado del temor.

    5. No es valentía la ebriedad: No lo es afrontar el peligro enardecido por el alcohol o por otras drogas, porque la valentía exige lucidez.

    El héroe es en realidad un mercenario que se disfraza de redentor altruista y el monstruo es un parásito dependiente de sus víctimas.

    El heroísmo masculino resulta inherentemente absurdo, falaz y contradictorio, obligado como está a hacer el mal para obtener el bien y cuando desea hacer el mal sólo consiguiendo hacer el bien (como el Mefistófeles de Goethe)”.

    Para practicar la valentía y comportarse como héroe o heroína, no se necesita la violencia, ni la competitividad, ni demostrar el mérito, ni aprender a ser afectivamente duro y reprimido, ni a ver en las mujeres el premio sexual a su valor. Nada de eso. Basta con intentar desarrollar proyectos guiados por la meta de la justicia, llevarlos a cabo con fortaleza de ánimo, perseverancia en su consecución, prudencia en los medios elegidos, y fidelidad a uno/a mismo/a para llegar hasta el final.

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  4. Eres como mi enciclopedia. Vuelvo a ti desde otro de mis perfiles, pues todavía no desalunicé. Que me gusta tu escritura está muy claro. Lo que no tengo muy claro es eso de que haya vuelta atrás. Díselo al tiempo. Pero cierto es que podemos revivir ese pasado... mientras estemos vivos para coger un libro. Qué me gusta la cardiológica cita. Mientras sea miogénico y no misógino..¡también él! Lo del músculo cardíaco, el corazón que se excita a sí mismo, merecería estar en un libro de poemas y no seguramente de donde habrás tomado la cita tú: ¿de algún libro de texto del papi cardiólogo?
    Literatura y ciencia van tan juntas... como sabían los antiguos, eso que ya hemos olvidado. Ciencia aplicada de la mejor literatura; cuasi poesía, o sin el cuasi, esa preciosa precisión.

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  5. Hola, Carmen

    ¡Yo sí que alu(ni)cino con tu blogopoemario! Está lleno de vida, filosofía y letras. Me encanta. Voy a darme un buen atracón y vuelvo a comentarte, jeje

    La cita del corazón miogénico la he sacado de ... la Wikipedia!!

    El tiempo tal vez no vuelva, ¿no? Pero yo vuelvo atrás para (re)conocerme ...

    Besitoss

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