terça-feira, 10 de fevereiro de 2009

Mi dolor de estómago


Mi dolor de estómago era un día sin huida, un tazón de leche oscura, una palabra en una frase jeroglífica que pugna por salir de mi boca sellada. Es como un cajón volcado en el suelo que irremediablemente no volverá a su posición aunque le lluevan objetos.

Durante décadas este perro sarnoso de Baskerville me ha asediado con su dolor oscuro, imposible de apaciguar, como una tormenta en una noche cerrada o una cerradura de metal que ya no pudiera abrirse nunca. El dolor de estómago te birla el alma del entendimiento, te enmohece la frescura, y tan sólo te sientes un pobre estómago herido. Te precinta la boca con un pespunte y te arruina el paso de las horas con su abandono.

Pero tu mano caliente sobre mi vientre, tus palabras dulces de consuelo me saben a gloria, y seducen mi dolor, que se escabulle para no atormentarme y permitirme disfrutar del deseo hacia ti.

Um comentário:

  1. Tía, me lo he planteado todo hasta ahora menos eso ... Ya me dirás cómo se hace :-) Besitosss

    ResponderExcluir