domingo, 22 de fevereiro de 2009

La roca


La roca es esa persona cuya simple presencia te fortalece, te encuentra, te sostiene. Llegas a casa y durante el camino te has olvidado de quién eres. No ha sido un descuido circunstancial sino un olvido orgánico. Estás tan destrozada, tan poco entera que el portal, las llaves todo parece formar parte del mismo juego confuso. Te vas a poner en sus manos aunque haya algo que te advierta de que te queda bastante poco en lo que creer, por lo que apostar en ti. Si estuvieras sola te preocuparía qué hacer para encontrar la calma. Cerrar los ojos no sería una opción, porque el peso, la mancha de tinta que ha encharcado tus pulmones y circula por tus venas te ha invadido y te impediría vislumbrar siquiera unos segundos de paz. Pero ella es la calma. Ella te espera y nada más entrar interpreta tu mirada quebrada, y se hace cargo.

Porque ella sabe quién eres y le gustas. Te pide que te liberes de tus estrecheces prenda a prenda, te ayuda a encontrar un camino trasversal, un refugio donde realmente habéis ahuyentado a las alimañas nocturnas. Te lleva allí con la mirada y te cura las heridas como a una presa herida. Tú has perdido el habla y casi el entendimiento.

La vista se te nubla por un surtidor de lágrimas calientes mientras ella te habla y te reconforta. No le asustan tu mirada perdida, tus músculos encallados, tu soledad, ni que te hayas olvidado de ella durante esos instantes previos. Tu roca ve como tu pecho está horadado, tu mente se ha replegado y no ves salidas ni alternativas, tu energía se ha extinguido, el oxígeno lucha por penetrar tu tráquea. Ella lo ve y lo sabe porque te ha pasado antes y ella también estuvo ahí.

No tiene palabras de consuelo pero intenta hacerte recordar que en otras ocasiones el dolor también fue ahuyentado, la rabia consumida, el miedo difuminado, la ceguera restablecida. A ella no le da miedo y te promete estar ahí la próxima vez mucho antes de que se manifiesten los primeros síntomas. No permitirá que te apresen y te alejen de tu vida. Ella lo impedirá si puede.

No te va a dejar. No te va a dejar. No te va a dejar. No te va a dejar.

4 comentários:

  1. Ahh, te robo la roca. Me gusta más :-) y gracias por tu bonito comentario

    Besoss

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  2. Querido Nano,

    ¿Qué podría decirte a ti que tu no (pre)sientas?

    Besoss

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  3. Pues... imagino que muchas cosas a pesar de todo, cosa bonita.

    En cualquier caso, me encanta encontrar algo tan mío de repente así, tan bien descrito, y emocionarme con ello. Es sorprendente qué bien conoces lo que ocurre por aquí dentro.

    ¡Besos!

    No te dejes, no te dejes, no te dejes...

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