sexta-feira, 20 de fevereiro de 2009

Masturbaciones


Masturbaciones secas, prendidas, parcas y precisas. Ansiadas y espumosas, con trasfondos breves. Deseos argumentados, revitalizados, sincerados y difusos, horadándote el alma de ramificaciones del cuerpo. Silencios que lo son todo, objeciones que no llegan a nada.

Un charco de arena de playa, un sabor agreste de duna. Una servil humedad en busca del placer, imaginando cambios de dirección, reveses de piel, fuegos fatuos en los nervios, gemidos que recorren el reborde de la carne y acallan las dudas táctiles.

Brindis al sortear soterramientos inalcanzables, sabores colmados de actualidad y presencias. Los dedos son rótulos de movimiento, imágenes en tres dimensiones, sueños establecidos en el filo de las hojas de los libros. Las presiones de las yemas de los dedos crean lesiones de emoción, enardecidas por la búsqueda, impresionables, resonantes al arrancar sensaciones a los poros de la piel desvirgada. El placer se abre paso como una marea abroncada, como unas olas soliviantadas bajo un cielo borrascoso. Te rompes antes de contenerte, te reviertes tras acercarte; tu vientre busca desesperado placentas inexistentes, caudales de sangre que se exhalan en esporas de vapor al salir de tu pecho y respirarlas. Los pinchazos de tu vientre son afilados como la aguja de una brújula, y te avisan entrecortadamente con un ritmo perfecto y acelerado de la inminencia de tu fusión con el dolor.

Te acuerdas de ella y de cómo te gustaría reventar la tensión sexual entre vosotras, pero sabes que no es siquiera suficiente con poseerla una noche. Ya la deseas, y ves claramente cómo te sientes perdida y despreciada por su imaginación. Las explicaciones no bastarían desde el momento en que tú no posees en tu potencial todo aquello imaginable en su mente. Las imágenes de ella te acorralan, te seccionan y te excitan. Piensas en lo fácil y sencilla que es la muerte ahora que notas la vida tan próxima. Te has desmontado, te has dejado seducir por sus palabras, ahora el sufrimiento está muy cerca del éxtasis y es inevitable.

Por fin has dejado de lado la monótona idea del amor, esa sierpe que abandona sus continuas mudas de piel cerca de ti al abandonarte. Te das cuenta de que no vas a ser deseada, tan sólo te recompondrás en cercos de piel, retrocesos de músculos, nociones incomprendidas de deseo, semillas sin germinar. Te atormentas pensando que tus genes del placer están mal diseñados y se dejan llevan por patrones emocionales inútiles. Persistes y te engañas.

Un juego de señales de humo contigo y tu deseo de otras. Preferirías sus brazos, sus codos contra tu cara. Preferirías su empuje y sus cambios de ritmo. No te aventuras a más porque no importa.

4 comentários:

  1. Empiezo a sentir agotamiento mental porque te he dejado un mensaje de buenas noches en un escrito de hace más de una semana. Ufff!!! ;o)

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  2. Déjate llevar por el dáctilo cibernético y sus mareas y entradas repletas de gazapos. Nada importa.

    Buenas nochess

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  3. ¿Hacia dónde me tengo que dejar llevar? ¿Debo de ir en alguna dirección?, jejeje. Espero que descanses.Besos

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