Joé, llevo enfrente de este ordenador desde las 9:30 y no me he movido casi nada. Ahora no puedo salir de este reducto porque me espera la apoteósica tarea de limpiar y rebuscar el polvo rojizo de loseta que los fontaneritos han rociado por todos los rincones del baño (no moví las cremas y ahora resulta que voy a echarme polvo rojizo volcánico en los poros de la piel, también). Tengo polvo en la garganta, me pican los ojos, lo sigo respirando y creo que ha llegado a posarse detrás de los cuadros, los pósters y debajo de las suelas de mis zapatillas.
Y no puedo moverme porque los niños han llegado por la mañana y sereno y yo todavía no me había recuperado de escribir mi blog a las dos y cuarenta y muchas de la madrugada. Y además encima no lo han hecho bien y tienen que volver el viernes que viene a montar el pifostio otra vez.
Arggggggggggghhhhh! Help!
Mi madre me ha llamado siete veces hoy para discutir e investigar el tema de la lavadora, véase http://tantotrasiego.blogspot.com/2008/12/mi-madre-la-lavadora-y-yo.html Vaya, ahora resulta que me cito a mí misma.
Los chicos eran majos y me molesta el haberme puesto como una leona con el jefe que quería cobrarme otros €100 (intenté ser conciliatorio como Obama, pero no he terminado de pillarle el estilillo. Soy totalmente pasiva-agresiva-ternura se le supone). Les di un té jamaicano ayurveda con canela y especias en una teterita muy mona, y lo endulcé con jarabe de arce. Todavía se andan preguntando qué demonios tan rico se han bebío. También les pelé un par de platanos, mandarinas y les puse galletas con un par de servilletitas. Como colofón les planté una velita con olor a jazmín para que no se sintieran guarrotes.
Bueno, tendré que zafarme la pereza y ponerme a requisar el polvo rojizo antes de que me venza la desidia y termine sin ducharme, lavarme la cara o tocarme las narices por no sentirme culpable. No sé si tardaré tres horas o media hora. Me apetece un culo hacerlo. En fin, a por ello voy.
Las obras en casa, aunque sean pequeñas, son un lata. Yo estoy teniendo un poco(mucho) de eso últimamente y entre eso y el trabajo. ufff. que no te sea muy dura la limpieza y feliz puente.
ResponderExcluirJeje, especialmente en esta casa pulguilla. Ya no me importa tanto el: "Estoy harta de tanto fregar!!" del anuncio aquél, sino cómo afecta a mi espacio, no puedo esconderme en ninguna rendija. Le tengo miedo al caos porque podría comerme.
ResponderExcluirSin embargo te diré que aunque me he pasado un buen rato limpiando (algo en vano, porque el viernes vienen otra vez, Diossssssssssssssssss) ha tenido un efecto terapéutico. Limpiar el baño me ha ofrecido la oportunidad de tocar todos los objetos que cuidan de mi piel, mi cuero cabelludo; los que me masajean el cuello, aromatizan mis sentidos y recrean mi erotismo.
Creo que por eso me empeñé tanto en que los chicos se sintieran bien en este espacio. Ahora la cacho lavadora está en medio, pero no me viene mal, porque debería lavar la ropa más, y, aunque es enorme, me recuerda a las cocinitas con las que jugábamos cuando éramos pequeñas.
Otra cosa, cualquiera que adore Cabaret es amig@ de mis amig@s ;-) Me encanta que te pases por aquí, besitos
jajj...Pero bueno!.
ResponderExcluirYo aun me acuerdo de cuándo se me estropeó la caldera,me lo pusierón todo patas arriba y con agua por todos sitios y yo en vez de enfadarme,les ofrecía cervezas y fuet...Dios mio,creo que eso fue su perdición,el chico se fue con cara de chispaito y con unos colores en los mofletes que ya los quisiera Heidi...
Besos y ánimo,ya te queda menos.
Si es que darles comiditas tiene un peligrooooooooooooooooooooooo ;-)
ResponderExcluirGenial verte por aquí, Abutrí (rima, mola!)