He vuelto del trabajo hace nada porque me he tenido que quedar a hacer una cosa. Estoy exhausta porque he trabajado prácticamente desde las 9 de la mañana hasta las 11 de la noche ... Ha sido un poco locura, pero bueno, ahora cobro por horas y he estado más o menos tranquila, aunque el trabajo siempre cansa. Lo bueno es que probablemente la semana que viene esté más libre y tenga tiempo para hacer otras cosas con total naturalidad.
Hoy he ido a ver a Bizcochito, por eso de que si la montaña no va a Mahoma ... y ha estado rarita conmigo. Hemos hablado un poco y de repente me ha soltado: "Bueno, pues te cobro los nachos ¿no?" y me he quedado un poco flasheada. Con bastante tranquilidad mientras ella buscaba el precio en la caja le he preguntado si estaba enfadada conmigo ... Me dijo que "noooooo, nooooooo, claro que noooooo", pero que había tenido una semana rara, un día raro.
Bueno, eso no justifica el ponerse como se ha puesto pero la verdad es que me imagino a lo que se refiere. Todo el mundo está corriendo en Madrid últimamente. Es una locura. No es nada sano. La gente no tiene tiempo ni para respirar, el estrés parece haberse colado por todas partes ... En el herbolario le entra la gente en plan súper exigente y por otro lado llena de malas energías por eso de estar intentando curarse de esto o de lo otro y pasándolo mal en silencio. Ni idea de por qué la actitud. La mayoría de la gente que va allí son mujeres. Alguna pide sus pastillas de aleta de tiburón como si te estuviera pidiendo que le canjearas un cheque en el banco ¡deprisssssssssssa, porque lo merezco!!. Luego también hay gente muy agradable, tierna, Heidi, Yupi, esas cosas. Y después de eso, estoy yo. La pesada.
Bizcochito me empezó a contar de repente que había hablado con una amiga cuyo hijo de diecisiete años tenía lo mismo que yo. "¿El qué?", pregunté. "Pues el problema ... eso que tú tienes, a ver no es un problema, bla, bla, bla ...". O sea, que ahora yo tengo algo, y será por eso que ya no quiere saber nada de mí. Go figure. Y yo, escondiendo las ganas de reírme a carcajadas, haciéndome la tonta le insisto: "¿Pero a qué te refieres?". En realidad estaba haciendo tiempo para ver por qué pie cojeaba la Bizcochis esta. Al final le digo: "¡Ah! ¿El tema bipolar?". Sí, sí, eso.
Me contó la historia y yo, la verdad, creo que me la contó para que le diera algo de información, porque debe estar bastante pez en el tema. Todo el mundo lo está, ni siquiera la gente que sufre esta enfermedad/situación se enteran bien de la película. Pero yo llevo investigando de forma exhaustiva el trastorno bipolar y he llegado bastante hondo a su/mi comprensión. Creo que en España hay algo de información rondando por ahí, pero no tanta. En el centro de especialidades de la Seguridad Social al que fui sólo dos de las psiquiatras de un equipo de cinco decían entender la enfermedad y me derivaban la una a las otras. Y una de ellas era una cowgirl bestia y prepotente. Pero la otra era mi Gloria, mi primera psiquiatra, un amor de persona con un mechón violeta heavy metal. Lo mejor de lo mejor. Qué pena que se fuera luego a un hospital de esquizofrénicos. Como era "mi primera vez" y yo tenía dudas sobre ir a la psicóloga que me recomendaba (que luego ha resultado ser mara-maravillosa, dulce y tierna, muy mamá) me miró a los ojos y me dijo: "No tienes que institucionalizarte si no quieres". Un comentario muy inteligente que me hizo sentirme libre para elegir.
Así que le expliqué a Bizcochito de qué iba lo del trastorno al mismo tiempo que intentaba enterarme si eso que veía en su cara era espeluznez o curiosidad, no lo tenía claro. Ofrecí mi ayuda porque creo que es muy importante que una vez que has superado esta enfermedad puedas diseminar tu conocimiento para ayudar a otras personas en tu situación. Yo me siento privilegiada con la información que tengo. Una vez fui a un psicólogo bastante conocido que escribe en un periódico una columna semanal, etc, etc. Y no tenía ni puta idea de cómo llevar la diagnosis. Era un pesado que no me explicaba nada - hombre, no esperes que alguien que no sabe te explique el lugar donde se encuentra la piedra filosofal. Esto fue cuando empezaba a investigar yo por mi cuenta. No recuerdo casi nada de lo que me dijo, pero sí una frase: "¿Cómo has sufrido durante tanto tiempo sin pedir ayuda?". Esto me hizo pensar. Pues no sé cómo. Supongo que me parecía normal, todo normal.
Creo que los psicólogos / psiquiatras tratan el trastorno bipolar con pinzas. También hay que decir que hay varios tipos y pelajes de personas quienes lo padecemos. Yo encontré bastante apoyo en una asociación a la que fui. Me llevé a mi ex allí, bueno, ella insistió en que yo fuera, dicho sea de paso. Y desde entonces dejó de entenderme y se dedicó a reventarme las pelotas (si las hubiera tenido) hasta el final de nuestra relación. Que si es porque eres bipolar que esto, que lo otro, que dices lo que dices ahora, pero no lo sientes. Sólo fue un día a la asociación y de repente se convirtió en la experta mundial en el tema. Sé que estoy siendo dura, pero es increíble la condescendencia con la que te trata el personal cuando el desconocimiento les empaña. Por supuesto existe un increíble tabú social hacia las enfermedades mentales. Lo único que a mí me gustaría es que la gente que tiene este problema se ayudaran a sí mism@s un poco más, un poquito, poquito más. Es tan necesario.
De todas formas, tal y cómo se ha portado Bizcochito conmigo cualquiera diría que la bipolar es ella, joer. Hace un mes no podía esperar a comerme a cucharadas y ahora de repente pasa de mí. Esto se está convirtiendo en una costumbre por parte de las últimas mujeres que estoy conociendo. Menos mal que con Bizcochito estaba avisada. La verdad es que me lo esperaba, no sé por qué. Algo brillaba en sus ojos cuando la conocí. Un fuego que la consumía poco a poco. Creo que no está bien ella y por tanto es normal que necesite su espacio. No pasa nada. Lo tengo superado, creo que no es mi problema. Me preocupa un poquito que esté sufriendo, pero no comparte nada conmigo y por tanto no puedo ayudarla.
Creo que en general es muy difícil ayudar a la gente si no está preparada a que les dejes. O simplemente lo que realmente es importante es el inspirar a los demás con tu comportamiento hacia ti misma.
Bueno, me voy a dejar de disquisiciones filosófica y me voy a tumbar en el sofá y ver (a medias, imagino) La Fiera de mi Niña, con KH.
Tengo la casa como una leonera porque sí, han vuelto ¡Los Fontaneros! y no puedo mover ni un dedo. La cabeza me pesa encima del cuello y casi no puedo ni teclear. ESTOY CANSADA. El trabajo no es sano, no, no puede serlo. Decididamente no.
Hola. Muy interesante el post. por suerte , o por desgracia, conozco de cerca el tema de las enfermnedades mentales. Lo peor de todo es la ignorancia, y el estigma social que conllevan. Es bueno normalizar, es necesario. Un abrazo!
ResponderExcluirMuchas gracias, Yo. Besitossssss :-) Eres la mejor
ResponderExcluirMe declaro cuasi-neofita en el tema y desconfio de todas aquellas aseveracione rotundas acerca de una condición por parte de aquellxs que no la han vivido nunca. Gracias por una reflexión tan lucida y por compartir tu conocimiento-experiencia sobre el tema. Considero que más que una enfermedad es una condición y entonces me acuerdo de Butler cuando dice ¨no necesitamos ser normales para ser legitimos¨. Un abrazo. Sayak
ResponderExcluirMuchas gracias por tu comentario, preciosa. ¿Sabes? A veces pienso que es una enfermedad porque parece que "tener" algo es más fácil y admisible a veces que "ser" algo.
ResponderExcluirAún así, en ocasiones prefiero "ser bipolar" a padecer el trastorno; sé que no es todo lo que soy, pero sin saberlo me estaba definiendo toda la vida. El enfrentarme a la bipolaridad cara a cara me ha permitido descubrirme verdaderamente a mí misma. Aquéllo que pensaba querer, desear e incluso ser, al pasarlo por la criba de la advertencia bipolar que me dice: "¡Cuidado, cuídate, preciosa, cuida de ti misma ..." me he dado cuenta de que no, no lo quiero, no lo deseo y no soy yo. Así que si "ser" bipolar es lo que soy, a pesar del dolor pasado, bienvenido sea :-)
Pero no puedo perderle la vista al hecho de que, me guste o no, debo tomar medicación ... porque es una enfermedad o una maladie o cualquier cosa que los poetas malditos franceses quieran llamarle o la eterna melancolía de Hipócrates ... He intentado desmarcarme de la historia bioquímica muchassss veces y me ha ocasionado severas complicaciones y dolor. Lo único que me molesta en estos momentos es que me seca los ojos como papel de estraza. Aunque a lo mejor es este maldito ordenador y todos los ordenadores que me he encontrado en mi vida ...
Ahora que veo cómo mi padre se ha desintegrado, cómo su mente que era él se ha desintegrado, he llegado a la conclusión que quienes creemos "ser" no es más que una ilusión en nuestra bioquímica cerebral.
Probablemente seamos un virus que se encarga simplemente de devorar la tierra hasta su extinción. Pero nos conviene creer que somos lo que creemos ser para por lo menos seguir viviendo con algo de constancia e identidad.
A mí se me escapa todo esto cuando cierro los ojos y me voy a dormir, porque es lo más raro del mundo entrar de repente en otro sito muy diferente a éste.
Sin embargo, desde que he aprendido a vivir con la bipolaridad me doy cuenta más y más de que sin ella tampoco tendría las cualidades que más admiro o me perdono a mí misma. No sé si tendría el mismo tipo de creatividad o de gozo por la vida. Y la verdad es que la gente que me gusta no es la más normal, pero sí la más legítima, así que me gusta mucho, mucho, pero que muy mucho tu cita. Me la voy a agenciar, ya está ;-)
Besis