quarta-feira, 17 de dezembro de 2008

Seducir



La seducción, esa gran mentira. Es un bumerán caprichoso y didascálico que aproximadamente tras cuatro meses adosado en una relación hará efectivo su maleficio, su tontería superlativa, la falta de honestidad que lo dinamizaba.

Yo no quiero seducir, yo quiero encontrar sin buscar, adentrarme sin invadir, presentarme sin artificios, como se presenta la lluvia sin llamar en primavera. Como una tormenta de ideas que te asalta de repente porque en realidad, prefiero que me imagines.

Quiero que me llames en silencio y yo adelantarme.

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