Soy fan, ¿fanático? (y II)

Viernes, 12 abril a las 13h. Momento del encuentro digital. Así quedó. Nos alojamos en Torremolinos y salgo poquito para estar fresco, muy fresco al día siguiente. ¿Estaré nervioso? me pregunto de vez en cuando. He quedado con prensa del torneo en que un coche oficial me recoja a las 11.30 en la recepción del apartahotel.

Me he entretenido y finalmente nos metemos en la cama a las 4.30. A las 10.30 en pie y sin pegar ojo. Los ronquidos de uno de mis compañeros de viaje ayudan a que no me quede dormido. A las 11.20 está el coche y su chófer abajo. ¡Dios! (bueno, Dios no, que es viernes Santo y está muerto o a punto de morirse). ¡Córcholis! Chófer moreno, de mi edad, con los ojos verdes... y hetero. Alejandro. Decidí sentarme delante, "así nos damos conversación", me justifiqué.

Una vez en las instalaciones, me grita el chico de prensa, al que nunca había visto: "¡Diego!, Conchita está en la ducha cuando termine ha quedado en llamarme". Hmm, qué tranquilo estoy. Pienso. Y repaso, a través de un cuestionario a mi interlocutor, mis necesidades laborales. "¿Tenemos ordenador? ¿Con conexión? ¿Dónde lo hacemos, en la sala de prensa?". No, mejor en su despacho. ¡Coño, en el despacho de súperConchi!

Me marcho a ver algún partido con la cabeza puesta en el encuentro y el cuello girando sobre mi eje cual niña de El exorcista, porque mi ídola podría aparecer en cualquier momento.

"Conchi, Conchi" susurro pero con voz firme. Nos acercamos, dos besos al aire por su parte y me indica que vuelve en unos minutos. Pasan muchos. No regresa. El encuentro empieza en 25 minutos y no tengo ni la foto hecha. Me inquieto. Veo a Carla Suárez y le pido que por favor le diga que estoy aquí, esperándola. Estoy incómodo, no quiero parecer pesado, ni fanático. Pero tengo que trabajar. Inspiro, expiro. Inspiro, expiro. Todo saldrá bien.

"Diego, perdona, qué jaleo, lo hacemos en mi despacho". En su ordenador. Primero le pido una foto delante del ordenador, la tercera que tiro veo que es la buena. Todo hecho. El chico de prensa la volcará y la enviará a rtve. Pero necesito ya una conexión a internet. Le pido el ordenador y trato de entrar en mi correo para descargar los datos de rtve.es. Gmail.com, error. gmail.es, error.
Me entra calor. En mi ordenador pongo la ge y la eme y me sale toda la dirección. Ella no usa gmail. "¿Qué pasa, Diego?". Nada, estos mac tan modernos, que no los controlo. Las palmas de mis manos están húmedas. ¡¡¡¡Yo, que nunca sudo!!!! Consigo hacerme con todo y descubro que su ordenador es yanqui, así que he de olvidarme de las tildes y de las eñes.

-No podrás decir coño" porque tu ordenador no tiene eñe.
-¿Y para qué voy a decir coño?
-Bueno, ni coño ni nada de España ni equipo español. Aunque lo cambiaremos por gn, como en francés, Espagna.
-¿Qué es tilde?
(Ay madre, Dora no sigas que te decepcionas). Me noté de tú a tú. Como dos personas. Como dos adultos. Como dos profesionales que complementaban sus profesiones. No era el adolescente soñador que tenía un poster de su ídola en la habitación. Me gustaba la sensación.

Sólo la interrumpí varias veces, me reprochó "Es que no me dejas pensar". Y es que he leído tantas entrevistas suyas que conocía la respuestas. Al final me disculpé, "jo, como te he dejado el ordenador, ves, me pones nervioso".
-¡Hala, ahora me dejas todos tus gérmenes!
- No me digas eso. :-( . Su apretón cómplice en mi antebrazo derecho, estaba sentada a mi diestra, me reconfortó.

Me quedo con anécdotas y detalles. Los breves momentos cuando nos encontrabamos durante el día. La entrada a palco que me metió en el bolsillo. La mala ostia con el niño en la moto, comentarios entre respuestas y mi conversación con Vivi, que sí recordaba cuando siendo becario, le hice una entrevista acompañado de Rosana TVE. Le expresé mi decepción cuando decidió no jugar la final de Copa Federación en Madrid el año pasado. Le di el pésame por su padre y por tercera vez me dio su teléfono móvil. Esta vez lo apunto en la agenda de papel. Todo muy cercano, me volví a sentir de adulto a adulto. ¿No seré fan? ¿No seré fanático?