quarta-feira, 15 de abril de 2009

Reencuentro


A veces, muy a menudo, el día está impregnado de esta sensación de no ser tú. De estar gravitando en algo raro, en un caldo de sabor de goma donde tú eres el pollo. Son momentos puntuales, pero me hacen querer escapar, bajarme

2 comentários:

  1. Una noche de Madrid, contada de día.

    Entre el humo de mi cigarrillo apestoso intento ordenar, o quizás olvidar, los recuerdos que tengo de ti. Una y otra vez vienes a mi memoria como un témpano de hielo que se me incrusta en las entrañas. Me ahoga, me asfixia, apenas puedo respirar, y se me hace imposible disfrutar de toda la vida y los momentos felices que tengo a mi alrededor.

    Una vez te dije que la vida hay que comérsela a bocados, una vez me contestate que la vida, simplemente, hay que disfrutarla.

    Estoy cansado de poses, de mediocridad, estoy cansado de sostener una máscara, de esa marioneta que llevo dentro de mí y no es más que un turbio reflejo de lo que soy, miento, de lo que querría ser y no me atrevo.

    ¿Puedes ser esclavo de ti mismo? Es la peor de todas las ataduras, las circunstancias te permiten justificarte antes los demás y ante ti mismo; sin embargo, cuando eres esclavo de ti, de tus prejuicios, de tus miedos, de tus incertidumbres, las cadenas se hacn muy pesadas.

    Hay que mirar adelante, siempre al frente, con la cara empapada por la lluvia y esbozando una sonrisa, un saludo a lo que vendrá, al futuro.

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  2. Juan Carlos:

    Precioso, me hace mucha ilusión tu comentario. La vulnerabilidad hay que afrontarla con el cuerpo desnudo, dejando atrás las máscaras que nos queman la piel, para poder ver nuestra verdadera fuerza, dónde yace, dónde se esconde ... Es muy bonito tu comentario. Yo sé que tú como tant@s escondes un yo que ansía verse brillar, y también otro que quiere escapar. Y hay que propiciar el encuentro de ambos, ¿verdad? Un besito, tengo muchas ganas de verte de nuevo, para completarme, claro :-)

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