segunda-feira, 4 de agosto de 2008

Mi lunes

Ha sido mucho menos traumático de lo que me esperaba. Lo principal ha sido darme cuenta de que el motivo por el que me había sentido tan magullada el día que había estado con este grupo de trabajo había sido porque no me habían hecho puto caso.

Ahora entiendo por qué. Los chicos que no estuvieron el otro día y que me están haciendo la formación tienen bastante poca responsabilidad, como yo. Somos la cola de ratón de la cadena alimentaria y por lo tanto inmediatamente se ha establecido un cálido vínculo de solidaridad. Ni ellos ni yo tenemos que hace que los demás se sientan quién es el jefe o sabe más o lleva más tiempo o es contratado directamente por la empresa en vez de ser externalizado.

Así que hoy he sido yo la que no ha hecho ni puto caso a los que tienen más vacaciones que yo, cobran más que yo, trabajan menos que yo y a los que cuando se les caen los marrones encima se quedan completamente chamuscados. Me he montado unas súper risas con las otras colitas de ratón que sí se preocupaban por mí, y de repente los huraños, prepotentes y desgraciados esclavos de la empresa se han quedado mosqueados y sorprendidos de que yo no tuviera ninguna intención de pertenecer a su club de élite y paradójicamente he conseguido ganarme su respeto y curiosidad.

Extraño, pero creo que ha sido así.

Por lo demás, creo que en este trabajo voy a tener amplias posibilidades de escribir y abstraerme. Voy a trabajar largas noches y como es agosto va a ser bastante tranquilo, lo que me va a permitir trabajar en el montaje del korto por el día y escribir y leer en el trabajo. Genial. ¿Cómo he conseguido llegar a este punto? No termino de creérmelo.

Me estoy cayendo de sueño y espero descansar esta noche. Desde que he vuelto a tomar la medicación y a poner en práctica mis teorías neuropsicológicas mi mente navega sin cesar en Atlantis y me mantengo ensoñada de madrugada, y me dedico a examinar Arcadia y transitar por frecuencias creativas de alta tensión y gama variada. Tengo tantos planes, ganas y visiones de futuro que me mantengo despierta con lúcida lozanía mental.

No es exactamente hipomanía porque estoy centrada a pesar de la multiplicidad de paisajes creativos que se despliegan por mis hemisferios cerebrales. Si me surgen neuras intento racionalizarlas, he olvidado la necesidad innata de justificarme ante el resto del planeta y no tengo prisa por explorar mi potencial de espíritu.

Algo de hipomanía sí es porque he adelgazado, me encuentro fuerte pero exhausta al mismo tiempo y estoy manifestando una desconocida confianza en mí.

El Lamictal me ha sacado de la depresión rápidamente y ahora me siento resistente mentalmente para no permitir que la hipomanía me cruce los cables y chisporrotee excesiva electricidad estática. Ya veremos. Pero me voy a la cama ¡ya!

(Estoy leyendo, Resaca (Hank Over) y espero encontrar a mi quinta. Por lo tanto el 67, que fue un año mágico, figura lustrosamente como fecha de nacimiento de muchos de los autores y autoras.

Nenhum comentário:

Postar um comentário