domingo, 24 de agosto de 2008

IV. Mi vida sin mí. Vuelta a Madrid, julio 2008

Qué pena mis novias, aunque no hubiera podido quedarme en las relaciones sin hacerlas daño. La sensación que tengo es que todo lo que hecho en mi vida ha sido un gran lío, una carrera hacia el vacía con ruedas de mala calidad y decisiones poco cuerdas. Por eso es normal que me atormenten los recuerdos de mi vida. Han sido sucesos que describen una personalidad llena de sucesos vacío y dolorosos. En los últimos años he intentado que el dolor sea menor y en realidad no puedo confesarle a nadie mi inutilidad social de la que se siente todavía múltiples permutaciones negativas. Esta última experiencia también está plagada de sensaciones que me reflejan el ácimo y parcamente estimulado ánimo. Pero no debería utilizar estas páginas para describirlas.

Tengo un plan bastante a medida que me provoca el pánico. Un vuelo súper largo tras dos semanas que me han hecho sentir bastante poca cosa. He tenido dos semanas sin el más mínimo toque de cultura queer e incluso menos manifestaciones de feminidad a pesar de haber tenido a mi tía y primas y sobrino prima a mi lado. Me he sentido bastante desprotegida a pesar de la paradoja de estar constantemente rodeada de gente. Y estoy empezando a pensar que tal vez la forma de andar por la vida tenga que ser el hacer las cosas para mí y el cuidar de mí misma para atraer a las personas que gravitan hacia mi compañía sin que yo tenga que hacer nada (I've felt separation anxiety).

Mi estado físico no es muy maravilloso. Creo que el aire brumoso de Montreal no me ha sentado del todo bien. He estado de vacaciones pero lo he sentido como una odiosa y vergonzosa obligación y una tortura psicológica. Debería hacer un esfuerzo para concretarme en los aspecots positivos, yeah. Lo que he ehcho durante tiempo es practicar el ser prácticamente invisible (un sueño de mi niñez y juventud púber) o tal vez no invisible sino desconocida. Creo que estoy buscando mi propio estilo pero me caigo entre las fisuras de la madera.

Estoy un mucho decepcionada de no ser esa persona que creía que era. Siempre he estado convencida de que tenía algo especial que no compartí con los demás y de repente no estoy tan segura y me estoy dando cuenta de que no tengo nada especial sin más bien todo lo contrario: una tremenda ineptitud. Ha sido inquietante. La verdad es que no quiero volver a tomar ninguna pastilla porque quiero encontrar mi mente límpida como forma de subirme la moral.

El problema es que no tengo energía para hacer cosas. Si me pusiera a montar la película me empezarían a entrar las neuras aunque en el fondo sé que comenzarían a pasar cosas. La inactividad desde luego no mejora la situación. Ni dormir ni vegetar. No me tranquiliza nada, todo me neurotiza. Soy consciente de que cuando las situaciones rebasan su barrera física me ralentizan y me obligan a encontrarme frente a frent con el dolor que me causan. Dice Joe que caer en la depresión y la ansiedad es un hábito. Yo estoy buscan el método adecuada para salir de ambas. Lo ideal sería congregar pequeñas soluciones.

Hacer, hacer, hacer, hacer.

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