quarta-feira, 29 de outubro de 2008

Vamos, anda

Aquí estoy, esperando al metro para acudir a la llamada de otro inhóspito cliente. La gente cuando está trabajando a veces se vuelve un poco gilipollesca, especialmente cuando sienten que tienes la obligación inalienable de solucionarles todos los problemas. Como si llamaran a Iberdrola, vamos. Yo no soy la típica persona que odia a l@s usuari@s, pero a veces sí me gusta abandonarles, dejarles en soledad contra la pared de la ruina y la catástrofe informática para que vean lo que vale un peine, de lo que se están librando cuando yo, de forma altruista y desinteresada les saco las castañas del fuego. Me dan ganas a veces de dejar de hacer favores, que luego me toman como el pito de un sereno.

En fin, y todo este estrés sin saber siquiera si me van a renovar el contrato basurilla que firmé hace seis meses y que pronto llegará a su fin. Quiero empezar a juntarme con gente oxigenada que tenga los pulmones hinchados con algo más puro y fresco que los vapores de antracita donde trabajamos.

Voy a ir al festival Lesgaicinemad para ver a mi gente y olvidarme un poco de este ambiente oficinesco rabioso y roído. Las buenas ideas se cazan al vuelo.

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