sábado, 11 de outubro de 2008

Sólo soy ...

Todo el mundo trafica con su dolor, más pronto o más temprano. Pero quiero que el mío sirva para recomponerme. Pensé que esta noche tendría pesadillas, pero mi despertar ha sido sereno aunque luego haya tenido que saltar de la cama para no notar el resultado de la falta de serotonina en mi cuerpo - dolores musculares y óseos por todas partes. Tengo que hacer ejercicio para solventar este problema.

Este fin de semana ha terminado ser de descanso. No he conseguido dirimir cómo voy a hacer mi compra de comida orgánica porque la empresa con la que trabajo ya no me la puede traer a casa. No sé, tal vez tenga que ir a Naturasí los sábados, forzarme a salir de casa y arrastrar el carrito como toda hija de vecina (aunque cobran €8 por traerla aquí, pero eso es inmoral pagarlo teniendo en cuenta que están a la vuelta de la esquina).

Como no tengo mucha comida no estoy cocinando y esto me está ocasionando comer una vez al día después de desayunar y la verdad me siento un poco débil. Voy a solucionar esto de la compra mañana mismo y espabilarme con el tema de la comida. Espero trabajar duro esta semana y también leer un poquito más para que mi mente se ilumine.

Hoy voy a derecha a la cama y quiero volver a notar esa tranquilidad de hacer lo correcto, de cuidar mi sueño para encontrarme mejor durante el día. Voy a absorber el perfume de mi almohada que huele a mí y a mi afán de sueño y recoge de forma volátil todas mis ideas y flores creativas. Cuando alcanzo la cama tras subir a mi litera me siento resguardada, encendida como una luciérnaga en la noche, como si tuviera un pijama de estrellas que me aleja de la tierra como al Principito. No voy a temerle más a la oscuridad si puedo dormirme con música o escuchar el latido de mi propio corazón y mecerme con su nana muscular e impertérrita. Recorro el día es búsqueda de mí misma y finalmente me encuentro en la noche como si tuviera una gemela cósmica que me recoge la cabeza y dulcemente la posa en la blandura de la almohada.

Tengo que recordar que la muerte es un sueño imposible, una nube inmensa que te captura para ser libre y recuperar el aliento.

Hoy he visto el corto con N., una de las actrices y la que me ayudó tremendamente en la producción, y le gustó mucho. De repente estoy sintiéndome con un ánimo un poco melancólico porque hemos hablado del ambiente durante el rodaje y creo que tras unas horas de conversación ha terminado entendiéndome mejor, pero me siento desfondada. Cuando me ha preguntado qué tal estaba me he notado estremecer, y todavía estoy temblando. Creo que me cuesta trabajo de repente describir mi estado de ánimo a otras personas, es demasiado difícil porque es una mezcla de felicidad y melancolía, aunque ése es mi estado natural.

Le he hablado del 2010, fecha en la que espero encontrar al amor de mi vida. Por aquel entonces ya habré conseguido convertirme en una persona como yo y así no tendré que disculparme por ser quien soy y me conoceré lo suficiente para no buscar a alguien que quiera cambiarme. Necesito dos años para distanciarme de aquello que me duele, emborracharme de lo que ahora me llena, encontrarme con mi creatividad y amar aquello que me gusta y no abandonarlo nunca. Tal vez sea suficiente tiempo para que mis amistades, mi hermana y mi madre me conozcan más, porque pienso demostrar la fragilidad y la fuerza que sean necesarias sin temor a derrumbarme o que me hieran.

El mundo nos hiere con ráfagas de amor y hiel y nuestra respuesta no puede ser embarrarnos con deseo de poder o de poseer. Quiero cuidar exhaustivamente de los pequeños objetos vivientes a mi alrededor. Todo está compuesto por células o átomos orgánicos que necesitan cuidado, calor, y que ocupan un tercio del espacio en que yo habito.

Noto que estoy abriéndome al mundo porque he vuelto a escuchar música. Mañana empieza otra semana en la que tengo que luchar por el día por seguir sintiéndome yo porque estaré en el trabajo. No va a ser fácil, como siempre. Necesito aprender a abstraerme para conseguir mayor número de momentos míos en los que sumergirme en mi silencio fecundo, mi melancolía lluviosa y mi efervescente entusiasmo por vivir.

Cuanto más vives más añoras: momentos pasados, personas que ya no están contigo, cosas que hubieras hecho y no hiciste, gestos que nunca volverán y que sin embargo puedes recordar con precisión y sonreír. No voy a seguir porque se me desbordan las lágrimas de los párpados y me acuerdo de muchísimas cosas ... Voy a dormir y dejar descansar esta cabecita loca. Buenas noches.

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