quarta-feira, 15 de outubro de 2008

Tres años y medio

Llega un momento en la vida en el que las cosas empiezan a irte un poco mejor. Suele pasar cuando te has quedado en un sitio unos tres años y medio que empiezan a pasar las cosas. Creo que estoy llegando a ese limbo porque noto los efectos. Me gustaría hacer una lista exhaustiva pero tengo los ojos como pelotas y debería estar descansándolos en la cama. Tanto Twitter y tan poco blog, pero en fin.

1. Básicamente me está empezando a querer la gente sin que yo haga tan gran esfuerzo. Tengo que tener cuidado para no caer en alguna jodida relación (no digo jodida porque sea disfuncional sino porque al fin y al cabo una relación es como una dentellada de muérdago y te aleja un poco de tu ser real para catapultarte a algún ser irreal en el que te reconoces y que presentas a tu amada. Y eso es gilipollesco (perdón, esta noche me da por los tacos y tacones), y en principio no quiero caer en las garras del amor tan pronto. Mi corazón puede que esté preparado pero mi mente inmadura no. That ole' devil called love

2. Las cosas comienzan a tomar vida, algo de sentido, estructura, hábito, qué se yo, je ne sais errr seee, no sé cómo se pone je ne sé cuá y no tengo tiempo de buscarlo en Google (me voy a la camaaaaaaaaaaaaaaaaaaa)

3. Te invitan a másters de guión donde puedes presentar el guión de tu peli a productoras y cosas así (sin tener que escanear internet en el intento)

4. Te putean en el trabajo y no te importa tanto

5. Es más, ya no quieres un trabajo decente porque haces tus cosas y pasas de responsabilidad y de hacer un esfuerzo inútil. Mejor estar al margen y dejar que ell@s se entretengan si quieren de esa manera

6. Te pasas mucho tiempo intentando comunicar tus ideas a los demás y a ti misma

7. No te importa que no se te ocurran más cosas inmediatamente porque siempre tienes tiempo de actualizar. No quieres ser siempre la listilla.

8. Te vas a la cama más o menos cuando deberías.

8B. Aunque a veces sí, a veces no

Ps. Hace mucho tiempo que no incluyo a Cuore como etiqueta. Estoy convencida de que hay más de una Cuore por ahí andando, tengo una imagen de ella con un físico y hasta una cara, pero su rostro es cambiante y es cada vez más atractiva.

Hoy la chica del herbolario / tienda natural me ha hecho carantoñas. Bueno, yo le he traído una tirita de Bambi para que se la pusiera en el dedito que se le ha (roto, pienso yo) hecho un esguince, piensa ella. Y sí que la estoy rondando un poco - o sea, una vez cada dos semanas o así. Pero ayer le conté mi vida a raíz de que ella me viera los ojos hinchados y yo le dijera que era por el Lamictal. Y en los herbolarios no puedes decir una santa cosa sin que te intenten sondear y sonsacar hasta el tuétano, así que lo conté todo tipo Oprah.

Me quedé un poco mosqueada y jorobada y traumatizada porque le conté casi TODO, y todo es mucho. Y encima luego en vez de montar el tráiler del corto me vi una peli sobre Whoopi Goldberg enamorándose de una chica que muere de Sida. O sea, perfecto antes de irme a dormir, después de haber llorado el domingo tras oír Sólo Somos Páginas de Laura Pausini como quinientas veces.

Así que hoy mi terapia ha sido ir a verla y dejarle escoger su tirita de Bambi para que supiera que me importa su dedillo y que ella también es vulnerable, no tiene que andar siempre siendo la guay del herbolario. Entonces se salió del mostrador y con esa carita tan tierna, esos ojazos tan, tan impresionantes y ese cuerpo serrano tan de terapeuta me dio un abrazo largo y tendido que me dejó K.O. y me pareció un verdadero abrazo de terapeuta.

Estoy mosqueada porque no quiero estar siempre yendo a la tienda a dar el coñazo y que se me vea el plumero, no quiero tomar la iniciativa y no quiero rondarle sin saber lo que quiero y buscando una relación como me he propuesto para el verano del 2010 como muy pronto. Además me siento como un chucho callejero de pelaje sucillo, oscuro y mojado por la lluvia guarrilla delante de ella. Pero ella ha lanzado su red de hilo de Ariadna y me ha dicho que vuelva mañana que me va a dar unas gotas de Rosa Mosqueta con un poquito poquito de aceite esencia de semillas de zanahoria porque es lo mejor que hay para los ojos. Ay, ay, que o me lo estoy imaginando todo yo o me estoy metiendo en un lío sin comerlo ni beberlo pero sí respirarlo.

Estoy escribiendo este blog con un ojo cerrado. No lo parece pero juro que está cerrado y me parece que es una de las cosas más raras que he hecho en la vida, así que voy a parar y me voy a ir a la cama, madre mía, qué pelmaza estoy siendo. Soy peor que Poquitos, mi sobrino (que ya es hora de que le añada una etiqueta :-).

Nenhum comentário:

Postar um comentário