Replantear mis puntos cardinales

Claro, llegas a los 30, llega septiembre, y te das cuenta de que no estás buscando guardería para tu churumbel. Que ves los anuncios de Carrefú y del Ce Inglés de la vuelta al cole sin pena ni gloria, al mismo porcentaje.

Y caes en la cuenta de que los ingresos que tenías reservados para ello te lo has gastado en los viajes a Valencia, islas griegas y Alemania en el mes de agosto. ¡Ay, madre. Qué irresponsable! Me tumbo. Me coloco el dorso de la mano en la frente. Y digo en voz baja "¿me tengo que replantear mis puntos cardinales?".

Hmmm, lo estaba pensando, pero no. Quizá más adelante, a los 35 o los 40, porque a los hombretones no se nos pasa el arroz, qué mona es la naturaleza.

Me lo replanteo también con la vida laboral. Pero, lo siento Teo, o Timoteo, porque igualmente sólo se queda en un replanteo. En unos días me volverán a llamar de GP, y tendría casi un año de contrato. Ya estoy inscrito en el paro, qué contento estará Rajoy de mi visita al inem. Y quiero descansar, dedicarme tiempo. Me he marcado un horario matutino como si estuviera en el cole, quizá por aquello de la vuelta al cole. ¿Ves? alguna relación había y no era por lo de los churumbeles.
Así, mi horario queda, en teoría: 1 hora de photoshop y premiere. 1 hora de lectura de manuales de corrección. 1 hora de francés y 1,5 de gimnasio.
Ya vendrán las rutinas y el llegar a casa a las 19h de la tarde, de noche y sin ganitas de na.