quarta-feira, 17 de setembro de 2008

Caidita de un mito

Dice la R.A.E. que cuando a una persona o cosa se le atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen, estamos ante un mito. Y como esas cualidades o excelencias se las ponemos a quien queremos con el mismo viento fresco se las expropiamos.

Ha sido Alex Corretja el último que se ha pegado el ostión al caer del taburete que le acercaba al pedestal. Al pseudomonolito que le estaba construyendo. Y lo siento, catalán, y no porque a veces utilices lengua de campesinos para expresarte, que yo soy muy tolerante y tengo muchos amigos catalanes, pero tú eres re-tra-sa-do. Y no porque yo lo diga y aproveche este rinconcito mío del ciberespacio para expresarlo. Sino por tu comportamiento.

El domingo coincidí con este jugadordeperiodista en el Club de Campo Villa de Madrid. Yo me había creído su papelón de aprendizdereporteromajo. Embargado por su simpatía y por mis ganas de comunicarle -yo sí soy comunicador- que aún conservo una toalla suya que me dio en el torneo de Estoril, Portugal en 1997. Pensé que podría hacerle ilusión que un periodista se acercara a él y le profesara así una, ya difunta, admiración.

Su cara fue de pavor al comprobar que alguien podía osar acercarse a él de esa manera. El gesto de su cara fue de arriba abajo. Mirarme a la cara. Mirar mi acreditación de prensa. Mirarme a la cara. Mirar mi acreditación de prensa. Sentí en mi cutis su rechazo. Amablemente le dije, "bueno entras en directo en unos minutos, luego te veo". Pero me marché. No tenía nada que compartir ya con él. Ni ganas me quedaron.

Después en la sala de prensa le comenté a un par de compañeros lo ocurrido y fue donde me quitaron la venda de mis preciosos ojos. "Hace un papelón, y el problema es que lo cree. Su actitud es 'yo por aquí y el mundo por allá'. Le encanta jugar a ser periodista, no es buen compañero". Fueron algunas de las lindezas que le regalaban a mis, ya preciosas también, orejas.

Además recoge El Mundo que
el Club de Campo Villa de Madrid fue escenario el viernes de una cena por el centenario de la RFET. Una celebración que llega en un momento en que el presidente de la Federación tiene rechazo total por parte de los jugadores desde hace mes. Ningún jugador asistió, tampoco ex tenistas de la talla de Manolo Santana o Manuel Orantes. Álex Corretja fue la excepción. Y es que los cargos de director deportivo no se regalan a cualquiera y son muy golosos. Hay que currárselos. Bajadita de pantalones. Ay, lo que nos va el mamoneo. Y una vez más demostrando lo gran compañero que somos.

Un problema que estas cosas se suban a las cabezas, por suerte o al menos por su anuncio, él no tiene caspa en la suya. Porque él lo vale.

3 comentários:

  1. hola Dora...

    yo creo que es una cuestión de inseguridad.
    A algunos la cámara "los quiere", saben transmitir, y dan la sensación de ser espontáneos, pero en el cara a cara con sus semejantes se cagan d miedo y no saben integrarse (parece q no quieren, pero quizás no saben, son incompetentes para eso).
    Las relaciones con jefes, etc. las llevan bien, pero las de igual a igual no.
    Tú crees q t miró por encima del hombro, pero probablemente se asustó por la incertidumbre, no sabía cómo desenvolverse, aunq t parezca increíble.

    Siempre he tenido la sensación de que en los medios hay mucho acomplejado que busca compensar un sentimiento de inferioridad (ojo, no digo q les pase a todos) y es a esos a los q se les sube y se vuelven tontos...

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  2. No lo había visto de ese modo mientras leía el relato, pero estoy de acuerdo con Marta. Siempre he pensado que la timidez extrema te puede hacer parecer maleducado. Aplicado al mundo reporteril...

    P.D. ¡Ayer subisteis y yo durmiendo...!
    ¡Joooooo! si avisaráis....
    Besitos

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  3. Ey, Marta! pues quizá tengas razón... es cierto. Menuda lección. jeje. Aunque sabes que yo no suelo pensar más allá de lo que veo ni justifico comportamientos que no me gustan. Que, claro, tendrá un porqué, pero no soy una ong!

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