sábado, 30 de maio de 2009

Desvelos traspuestos


Empresas encendidas entronizadas en barro fundido, como el viento acérrimo que nos lleva sin remisión, encabritado, rebelde y suyo. Exijo palabras envueltas en algodón en rama y casi siempre te suspiro.

Entre los bailes que encuentran salida y los saberes que entretienen mis desvelos se encuentra el sabor intenso de las madreselvas salvajes que a veces hieren y otras sanan, pero siempre despiertan.

Tal vez me salte las fajas de hielo que me separan intensamente de estas líneas manirrotas y cúspides, pero entretanto debo hacer, tengo que hacer, sé que haría tantas cosas, abriría tantas matriorcas como fuera necesario, tantas cajas chinas como acuarelas infinitas reflejadas en su brillante ébano, tantas preciadas maniobras como quieras para acercarme más y más a ti.

Pretendo tu reino, aspiro a tu cariño, incienso y mirra. Estoy aterrada porque el ánimo es genuino y ya no tengo ninguna hacha de guerra que enterrar. Suspiro en silencio y me embolso los resguardos de mi antigua rabia.

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