terça-feira, 2 de março de 2010

Es-cri-bir


Escribir en la distancia que prima cuando no hay más que muros de blandiblub para impedir las palabras. Escribir cuando el tiempo se enajena, y las horas se enajenan, y los días, y no parece que puedan quererse en el cuenco de tu mano y resoplar como pétalos insertándose en el papel, llorando lágrimas de tinta y supurando significado.

Me quiero entregar a las sábanas blancas de la inmensidad, los papiros de vida, los erarios del sueño despierto y respirar hondo con el convencimiento de haber nacido, de estar viviendo.

Nenhum comentário:

Postar um comentário