En juego

Sigo sin encontrarme. Estoy un poco fuera de juego. Es porque he dejado de escribir sobre cosas cotidianas; antes me preguntaba poco por ser coherente o über creativa.

Así que debo volver sin preocuparme por eso, y volver a lo normal, a la tranquilidad, a la realidad que es donde empujo, donde me encuentro en mi propio cuadrilátero en lucha libre contra mis obsesiones y fijaciones, donde me salto las convenciones y vivo a tope.

Si soy capaz de darme cuenta de que eso es lo que necesito, dejar de tener ansiedad claro que volvería mi escritura, a mi parto sin dolor, a la necesidad de hacerlo, al final del principio, para el principio del principio.

Estoy en este sitio singular, sin saber qué hago, sin terminar de registrar. Voy a intentar pillar la J y escribir. Me he quedado sin ella durante un tiempo y eso me ha perjudicado. No debería darme dolor de cabeza.

Hoy he visto a Jessica, me encanta, y me doy cuenta de los niveles de desencanto que tengo aquí, mi impotencia y falta de conexión, mi necesidad de hablar sobre cosas que me interesan, fascinan, sin preocuparme por la imposibilidad de compartir.

Veo a la gente superficial y vacía. Poco valiente a la hora de enfrentarse con sus limitaciones.

Es esa sinceridad la que cambia las cosas, la que hace que la personalidad brille en todo su esplendor. Tiene que ser mi sombra, como diría Jung, y yo soy la gente.