Quiero ir a lo más esencial de mí y encontrar cobijo en ello. Quiero que los demás encuentren también resguardo, estar y compartir como si fuese una única cosa. Estar con alguien con la total seguridad de que puedes ser tú, que no te piden más que eso, que puedas tener esa tranquilidad, esa certeza.
Pero eso no es fácil. Por eso dejas en suspenso tus necesidades y simplemente deshilas. Te reduces a aspirar al exterior sin querencias, sin ninguna sensación de volición, todo ello indeleblemente enmascarado. Te concentras en lo que es posible, porque el luchar por lo lejano, lo imposible, lo difícil, no es posible ahora. Y hay algo de bello en lo esencial, en el vaso deslucido y vacío, en el aire suelto alrededor del envase.
Sabes que la esperanza y otras virtudes no son siempre opcionales; forman parte de la psique, orgánicamente.
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