sábado, 6 de março de 2010

Rebeliones inusitadas


Es difícil saber cómo atinar en estas situaciones donde todo parece un conjunto de rebeliones inusitadas. Empiezo el día con un sobresalto del corazón. No sé cómo funciona mi sistema emocional, no sé como me ha afectado el naufragio; estoy atorada, impresionada, deshabilitada. Intento reconstruir el espacio, las grietas, las impresiones internas para volver a la certera sensación de precario equilibrio.

Lo resuelto tiene permutaciones infinitas, pero no es fácil sobreponerse a la confusión. Es un momento en el que en una fracción de tiempo el día queda definido y el tiempo se para centrifugado en una regresión. El acto fugado, nonato se retuerce y reduce a la indefensión de no haber podido controlar el momento. Ni siquiera la situación te controla a ti; simplemente te dejas arrastrar por el tsunami de la insumisión frustrada, de la aridez del desencanto y su dolor.

Luego, tras un rato, te sientes capaz de memorizar lo ocurrido, de sintetizar y tratar de sacar el acto del contexto, la explosión de ira del aceite caliente para intentar superar la náusea que te invade. Te entra ternura dentro de la confusión, te invade un movimiento circular que calienta los músculos de tus brazos y los hacen moverse para ensayar un abrazo que no ocurrió.

Nenhum comentário:

Postar um comentário