
Miedo de perder las ideas, de no capturar el don, el borde de las glándulas linguales, la tristeza apretujada. Controlo mi peso corporal, pero me olvido de las toxinas mentales que se dibujan en garabatos por doquier. Ansiedades punzantes en el pecho como fallos cardíacos que no levantan el vuelo por ser de veras inexistentes.
Qué agotamiento inútil. Qué ardua pausa.
Nenhum comentário:
Postar um comentário