Lo necesitaba, llevaban tiempo tensando la cuerda, y tanto va el cántaro a la fuente... que al final se rompe. Supongo que es normal en el mundo de la empresa, pedir mucho y dar poco, que cada uno aguante lo que pueda/quiera/deba.
Pero sin hipoteca, potitos, ni pañales no hay por qué sacrificar libertad y salud mental.
"Dora, sé que estás despierta, y que eras más feliz mientras cazabas tu sueño. Aprovecha la vigilia y fabrica unos nuevos".
Y aquí estoy con nueva etapa, pinta que será corta, hasta después de verano, pero me aseguraré de que sea intensa.
Arriba la Esteb... perdón! la Dora!!!!!
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