segunda-feira, 18 de janeiro de 2010

Tarde


Estoy sintiéndome un poco desplazada porque llevo un par de noches acostándome a las ocho de la mañana. Tengo los ojos secos y estoy en ayunas. Debido a líos informáticos no consigo sentarme a escribir como debería. Esta noche he estado trabajando pero no he conseguido centrarme a gusto, no he conseguido sentarme a gusto ni sentirme a gusto. Sé que estoy en la antesala de un buen trabajo.

Esta mañana (tarde) me he levantado de buen humor, como si hubiera gastado un día, aunque no sea verdad. Tengo que mirar las últimas películas que me he bajado e intentar verlas, porque llevo semanas intentando volver a mi perdida rutina de utilizar el tiempo para así poder escribir y no termino de conseguirlo.

Como siempre el tiempo se me antoja como un tejido de lana compacta que se va tejiendo y que me ayuda a aislarme del mundo y entrar en mí para luego volver a comunicarme de forma satisfactoria. Pero estoy intentando recobrarme a quien era en abril del 2009, con mi trabajo literario urdiéndose de forma diara, el entendimiento de los de los bastidores de detrás de mi subconsciente más entero, cuando el mundo me sabía a tostada crujiente, y todavía no lo he conseguido.

He escrito sí, sin parar, aunque las idas y venidas en metro no han sido tan fructíferas porque tras ello no he podido pasar el material de inmediato al blog y sellarlo en mi memoria.

Noto que la química de mi cabeza no es la misma, y aunque intento adaptarme a ella veo por ejemplo que tengo más frío en el cuerpo que el año pasado, aunque estoy más fuerte ... Que tengo más ansiedad, aunque lo veo todo más claro, que me importa más lo que la gente cercana piense de mí porque veo que solicitan mi atención y nunca están colmadas. Aunque sea más independiente, y ahora viene la niña. La niña de mi hermana, a quien llamamos cariñosamente bebé, a quien su influjo de maternidad total eleva todos los ambientes.

Llevo escribiendo en mi cabeza desde hace meses, a veces escribo y otras no. Me da una pereza increíble pasar este material al ordenador. He enganchado la sensación de vacío de un lado a otro, en el metro con un fardo pesado y cansino a escribir en mi Moleskine, como siempre, espero que esto pase relativamente pronto.

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