domingo, 31 de janeiro de 2010

Luz


Hay una luz exfoliante que inunda el aseo del trabajo. Son exactamente las 6:17 de la tarde y el día ha decidido dar de sí, reiterarse en su identidad única, crear tu mundo, recrear tus neuronas en la vibración de la vida, avanzar y alargar el latir cardíaco.

El día emergente se desvía como un cometa en recesión después de dar 360 grados imputándote a terminar y desvestir las horas. Tú eres quien debe finalizar la jornada y creer que habrá un día después del redoblar de la huecos de las almohadas.

No siempre sabes cómo blindar tus miedos, infiltrarte en retirada sin el pugnar del pasado recordándote cómo tu propia vida se desangra día a día sin remisión. Intentas contarte los días no como un número creciente sino como una cuenta atrás donde se te permite vivir y experimentar la vida y no la muerte escondida.

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