quinta-feira, 28 de janeiro de 2010

Parteners


El entorno es de un gris manchado, como el interior de algo cóncavo y roto. Pero no roto porque no sirva para nada, que casi todo sirve, casi cualquier pieza me sirve para mirarla y remirarla y pensar un lugar, un engranaje, un sitio para ella, o tal vez un escondite en mis cajas de trozos de mundo que utilizo para repararme.

Me cambio de envase y todo sigue siendo imperfecto, como algo tan pesado que no puedes levantar. Miras a tu alrededor en busca de pistas, de aperturas, de sincronismos, piensas en las ilusiones que te almibaraban hace un par de cientos de minutos.

"Este tren no admite viajeros". Pero está lleno.

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