-Cómase una de estas gominolas cada vez que tenga ganas irrefrenables de dar o recibir un beso o un mordisco.
-El beso, en su sabor más más dulce, provendrá de mis labios e irá directo al corazón.
-¡Cuidado! porque el exceso de azúcar o ñoñería puede sentarle mal y envolverle en una nuebe de color de rosa. Cariño, saboréalas.
Ha pasado casi un mes desde mi cumple y aún llegan regalos de amigas que están fuera de Madrid.
Que nunca me falte tu azúcar, guapa. Muchas gracias.
Cariño nunca te faltará. Un besito, ya sabes que te quiero
ResponderExcluirPues yo se de uno que no va a poder comer demasiadas, aunque, por las dejaremos por si me baja el azúcar no?? Y mira, si no un aliento fresco... por lo menos con sabor a gominolas.
ResponderExcluirBicos