quarta-feira, 16 de julho de 2008

Sigo sin ir

De momento continúo sin estar de acuerdo con almacenar a los muertos. Sigo pensando que el cementerio es sólo un alivio de nosequé, no me atrevo a decir conciencias, pero que no le sirve de nada a los que se fueron. Son los que se quedan los que pretenden mantener su memoria al visitarlos un día al año, o dos, o trescientos.

No necesito mentirme: con visitarlos. No están allí. Están conmigo.

Um comentário:

  1. Es verdad...

    cuando veo a mi pobre abuela lo que se agobia por no poder ir a los entierros, o a mi tía la ex-monja, cuando se mosquea porque incineran a sus amigos y no tiene dónde ir a llevar flores...

    Para mí se trata de pensar en la persona, pero no en su muerte, no en el final, sino en todo lo que será siempre para mí.

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