De momento continúo sin estar de acuerdo con almacenar a los muertos. Sigo pensando que el cementerio es sólo un alivio de nosequé, no me atrevo a decir conciencias, pero que no le sirve de nada a los que se fueron. Son los que se quedan los que pretenden mantener su memoria al visitarlos un día al año, o dos, o trescientos.
No necesito mentirme: con visitarlos. No están allí. Están conmigo.
Es verdad...
ResponderExcluircuando veo a mi pobre abuela lo que se agobia por no poder ir a los entierros, o a mi tía la ex-monja, cuando se mosquea porque incineran a sus amigos y no tiene dónde ir a llevar flores...
Para mí se trata de pensar en la persona, pero no en su muerte, no en el final, sino en todo lo que será siempre para mí.