Comienza el Orgullo

Las fiestas de la patrona, Santa Trucha, llegaron anoche a Madrid. Y todas las truchas, principalmente las paradas y/u ociosas, como serviDora, estuvimos allí para verlo. Y para sentirlo. Mi momentazo orgásmico llegó con la interpretación de Bendita Locura, de Pastora Soler. Qué grande.

Reencuentros con gente y con gentuza. Cuando el alcohol en vena les inyecta una dosis extra de euforia pierden la memoria. ¿Quién se imagina mi cara cuando se me acerca Olga, la bollo ex novia de Dimitri a brindarme dos besos?
-Olga: "Hola, ¿qué taaaaaaaaaal?"
-¿Perdón? (con cara amarilla y cejas levantadas, sólo eché de menos un poquito de vómito).
-Soy amiga de Luisa, ¿te acuerdas? Te he visto y he dicho, ah, lo conozco y he venido a saludarte.
-Ya, ya veo, pero es que yo terminé mal con ella.
-Síiii, yo también, no creo que me perdone nunca lo que le hice, lo mal que porté.
-Pues entonces quédate tranquila, yo tampoco le perdonaré su comportamiento hacia a mí. Ella no perdonará y yo no lo perdonaré a ella. En paz. (y sonrío). Se marcha inconsciente aún de lo que acaba de hacer pero creo que satisfecha con mis respuestas.

La velada da un vuelco
Noche tranquila, divertida, sorprendidos por el fin de la música en la calle a las 00.30h y al marcharnos al metro, siento una colleja. Me han dado una colleja. Me giro y veo a una marica absurda de las que piden dameunapatadaenlabocapormamarracha, riéndose de cualquiera que pasara por allí, en este caso de mí, con sus colegas. "Es que es feo, que feo, por feo..." Agacho la cabeza y sigo, pero a los dos pasos me doy una semivuelta y compruebo que la absurda de dameunapatadaenlabocapormamarracha y su sombrero siguen con las mismas.

Ni cé ni pé, ni corto ni perezoso, ni consciente de la situación, me voy a él, le miro a la cara y le suelto una collejaza, no como las que daba Carrasco, pero lo mejor que pude. Y le espeté "¿qué es eso de dar collejas a la gente e insultar?, ¿yo me he metido contigo?".

Se volvió hacia a mí (con su media cabeza que me sacaba y su tresvecesmásgrande biceps) "a que te parto la cara, que quieres que te rompa la cabeza aquí..." Con más serenidad aún le solté un puñetazo que alcanzó su nariz, al estilo Ruiz-Mateos. Sus amigos le agarraron e impidieron que me viniera a casa con los morros hinchados.

Pero no pudieron evitar que regresara apesadumbrado y afligido, por ser un inconsciente, por el mal rollo a mis acompañantes. Pero sobre todo volví indignado, de que haya gente tan estúpida, y que encima les dejen salir de casa. Perdón por ser feo.