Arrugas marcadas por el envejecimiento prematuro de mi piel. Sí, prematuro. Porque uno no tiene edad de ellas, aunque por risa y sonrisas serán bienvenidas.
La culpa la tiene este largo fin de semana en Lisboa. Sol potente pero estéril, su calor lo aliviaba el fuerte viento. Parecía Tarifa.
Todo ello acompañado de un no parar de reír, será el buen rollo de la compañía y el momento de tranquilidad que me embarga. Pero tanto una cosa como la otra repercuten en mi frente y mi surco nasogeniano. Estéticamente, en contra.
Viaje positivo además porque le he pillado el punto a Lisboa. Esa decadente ciudad me hace pensar. Y tengo ansia por leer cositas de su época dorada (aunque no fuera de Dora) e imaginarme a sus caballeros entrando y saliendo en la Casa de Gabardinas que hay frente al que ha sido nuestro hogar estos tres días. Una casa sólo para gabardinas, qué elegancia aquella.
Vi a Dora ya de vuelta. De las últimas en entrar en el avión.
-Lo sentimos, no hay sitio en los compartimentos y debemos bajar su maleta a la bodega.
-¿Disculpa? si he elegido no llevar líquidos en envases mayores de los permitidos para no facturar, es para no tener esperar cuando llegue a Barajas 1 hora en recoger la maleta.
-Es menos tiempo.
-Es menos tiempo si cuando baje me dejáis la maleta al lado del avión y no en la bodega.
-Lo sentimos no hay espacio, la bajamos a la bodega.
Dos minutos más tarde...
-Perdone, ¿le importa poner la maleta de la señora de detrás debajo de su asiento? Es que su asiento está en la salida de emergencia.
Miro a la aeromoza fijamente a los ojos.
-Claro que me importa, acabas de decirme que mi maleta se va a la bodega porque no hay espacio, así que ésta que vaya detrás de la mía.
Val, aunque esta vez con razón, sigo pensando que en ocasiones eres bastatne... cómo decirlo... borde.
ResponderExcluirAGC... por favor, que ya te imagino yo en Oporto... vino va, vino viene, y por el suelo buscando la siguiente bodega para poder hacer la cata...
A mi Dora no me la introduces tu en el mundo del alcohol y bolsas de papel... QUE PARA ESO YA ESTOY YO.
pues yo no sabría distinguir al profesor del alumno... jajaja!!! ¿quién es quién?
ResponderExcluirEn fin, Diegui, que la aeromoza se quedó en su sitio ¿no? jajajaja!!! eres único!
besitosssssssss
Olé tus huevos, ni borde ni narices, ya me gustaría ser como tú y no dejarme pisar, es lo que más me gusta de tí, tu sinceridad y espontaneidad, no las pierdas nunca.Besos
ResponderExcluirSe me olvidaba, ya podías haber disfrutado de esa compañía en N.Y. para que lo hubieras visto con otros ojos, jaja.
ResponderExcluirAy piticli piticli...la próxima vez que vayas a Liboa déjate de gabardinas y vete a la casa del Alentejo... y ahí si que darás un salto temporal a finales del XVII
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