Emociones en Zara

Cuántas emociones en tan poco tiempo... y en el mismo sitio. A la entrada del Zara de Fuencarral, Madrid. Dos viejos, de alma y de físico, sentados en un banco. Uno de ellos, la voz parlante mientras yo pasaba, sujetaba el ABC con sus manos.
"... si es que todo: lo del aborto, los maricones,..." En los 5 segundos que he estado a su lado sólo he podido captar eso de la conversación, que ha provocado que me gire, le mire fijamente, me muerda el labio inferior y le lance sin palabras el mensaje: "ay, cuadro".

Mi misión en Zara hoy era cambiar una zapatilla, sólo una, la del número 42. La del 41 me va bien.
-Este ticket es del Tres Aguas. Lo siento, no podemos quedarnos con calzado desparejado.
-¿En serio?
-Sí, si quieres te puedes llevar otro par y devolver esos en Alcorcón.
-Vale.
Pero ni cé ni pé (ni corto ni perezoso) me he dado media vuelta, discretamente y he llamado al número que aparecía en el ticket de las zapatillas enemigas. Quería confirmar que no podía devolver ese par en ninguna tienda más que en la suya. Lamentablemente así es. Resignación.

Ya en la cola para pagar el nuevo par tengo a una guiri delante.
-5,99
-I dont speak spanish.
-CINCO NOVENTA Y NUEVE. Le indica la choni acompañando el cinco con todos los dedos de una mano.
-Five ninety nine. Corean Dora y la chica de detrás a la vez. Con lo que se abre nuestro diálogo.

Dora: ¡¿Es que ni five?!
Chica cola: Ya. Ni thank you. (5 segundos más tarde). Es que ni thank you!

Hala, a casita con las emociones en Inditex. Ah, y con cuatro zapatillas del mismo modelo en las bolsas, lástima, aún de plástico.