"Desde el 83", contestó Juan, que en agosto cumplirá 65 años. "Porque no tiene ascensor, -añadió- y yo ya no tengo 20 años, si no... si no, yo habría terminado ya allí". Reflejándome en sus ojos humedecidos fui consciente de lo que ese momento significaba para él. El otoño de su vida y sus manos temblando me enternecieron. "Juan, estáis invitados siempre que queráis, es más, en cuanto lo amueble quiero que vengáis los dos a visitarme, por favor".
Precipitadamente repasaba este buen hombre anotaciones que tenía en su cabeza y quería compartir. "He dejado una bombona de butano en tal mueble. Hay unos cables de teléfono, que pasan por debajo del suelo porque los llevé a la pared de enfrente. A la vecina le di la cama y las estanterías que me comentaste que no querías... y...". Juan, no te preocupes, zanjé, si tengo la menor duda, os llamaré, si no os importa. Y así nos despedimos hacia el banco, a Caja Duero, a echar unas 20 firmas de seguros, planes de ahorros, tarjetas y demás. Ahora ya sé qué pasa cuando un río se cruza en tu vida.
A la puerta del banco Dallane y su chico me recogían y de ahí a mi nuevo hogar. Un edificio del franquismo pero bien conservado. Tercera planta. Y sostenido en los brazos de Dallane, atravesamos la puerta. Me sentí como la chica.
Apresurado les enseñé las dependencias. Accediendo a cada una de ellas a media luz, con las persianas bajadas y la claridad de la calle entrando por las ventanas como pidiendo permiso. Dos habitaciones, una de ellas será mi despacho. Un baño y una cocina. Comedor y ¡dos terracitas! Un piso completamente reformado que ha eliminado cualquier indicio que dé pie a mi imaginación lucubrar sobre su etapa anterior. La de Juan, que termina, y la mía, que comienza con muchísima ilusión. Hogar, dulce hogar.
Hoy estoy sensible... pero me has hecho emocionarme. Siento si no he estado ahí, intentaré corregirlo. Gracias por tu toque de atención.
ResponderExcluirMuakkkk
Me encanta ! Que manera de contar lo que se siente cuando te desprendes de algo querido. Y cuando te haces propietario de una ilusión... Ahora a disfrutarlo 10, 20 años... Quizás una vida entera... Enhorabuena... Que paradójico un edificio del franquismo ...
ResponderExcluirQue bonito... que bonito... me encanta!!! al fin muchisimas felicidades!!!... Quiero verlo quiero verlo quiero verlo... haz fotos fotos fotos que hasta diciembre no hay nueva visita a la vista... jajaja que acoplada!
ResponderExcluirBesos.
Jacob.
Me duele y me ilusiona leer esto, cojo turno y espero ser el siguiente en elegir atuendo para la firma!
ResponderExcluir¡Qué hermoso! En fin, nueva etapa para Juan, para ti y para mí. Qué de vidas cambiadas con veinte firmas de nada...
ResponderExcluirEs muy emocionante cambiar de vida... y además si pasas por estrés, trabas y problemas, el resultado final se disfruta más y el buen sabor de boca que te deja es mucho más intenso. Aprovecha este momento, que es de los buenos!!!
ResponderExcluirEnhorabuena, que te mereces al fin tu nido para hacer lo que te de la gana!!!
Muac!
Yo también quiero verlo!!!! Pido cita ya!!!! Besos!!!!
ResponderExcluirAins.. me siento tan identificada!!Por lo que dejo y por lo que empiezo ;) Enhorabuena y toda la suerte para tu nueva vida!!
ResponderExcluirVeo una viiiiddddaaaa nueva, y tu no estás en ella...
ResponderExcluirUy, a mi ese estribillo por qué me suena en la cabeza con este título.
A todos informar, que yo ya lo he visto, y que es superprecioso.
Que hay que montar muebles (se aceptan voluntarios), tarima (alguien sabe?) Limpieza de cocina a fondo (vaporetas que levanten el brazo articulado) y por supuesto acepta regalos de openhouse, pero eso no lo solteis hasta que la monte, que luego si no, seguro que no la hace... por la vecina del segundo dirá, jajaja.
Ay, qué alegría me has dado!! ahora esas cuatro paredes recogerán tu historia.
ResponderExcluirBesos.