Nadie te dedica días, ni honores (pero te los dedicas tú), ni pensamientos y formas parte de pocas vidas. Así que hoy yo intentaré, humildemente, eso sí, regalarte este poema.
Querido enemigo, te escribo a ti, porque nadie se acuerda de ti bien, sólo lo hacen para insultarte, agredirte, odiarte, y no ven que gracias a ti yo descubro infinidad de bellezas a mi lado.
Querido enemigo, gracias a ti sé quienes realmente me quieren, gracias a ti descubro a mis amigos, gracias a ti descubro la verdad de la mentira, gracias a ti la luz se evidencia de la tinieblas.
Querido enemigo, que te esfuerzas por destruirme, gracias a ti me ayudas a perfeccionarme, gracias a ti me mantienes atento y en estado atlético para contrarrestar tus ataques.
Querido enemigo, parte de mi grandeza te la debo a ti, parte de mi belleza, parte de mi crecimiento y parte de mi esplendor.
Querido enemigo, sin ti yo no sería tan bueno, no podría compararme, no tendría de quien diferenciarme, no tendría motivos para decir: así no quiero ser.
Uy, pero si yo no tengo enemigos. No le puedo dedicar este poema a nadie... Bueno, pues hacedlo vosotros.
Disfrútalo enterito aquí
los amigos que tanto te queremos te miraremos siempre con mucho mucho amor
ResponderExcluirVoy a dedicar este poema a mis enemigos... así me odiarán más y seguiré superándome...jajaja..
ResponderExcluirBuenísimo Diego, eres un cabronazo, no dejas de sorprenderme, ¡¡¡ qué final!!! ¡¡¡qué clase!!!, ¡qué ocurrencia! me parto.
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