
Anoche caí y lo volví a vivir. Fiestas de Tetuán, en Madrid. Cuadros y borrachuzos de fiestas de barrio que se colocan frente al escenario donde está tu musa. Ellos no lo entienden. Tú te desgañitas, haces sus coros y tímidamente imitas alguna coreografía, mientras el resto de feriantes o feriadores la miran con cara de acelga a ella y con cara de vergüenza ajena a ti.
A ratos conseguí meterme en mi placenta y sentir un cordón umbilical que sólo nos unía a mi Pastora Soler y a mí. Pero el entorno me alteraba el líquido amniótico. Apenas pude disfrutar de buenos momentos, como el del recordatorio a Rocío Jurado que le dedicó.
"Todas las canciones tienen mensajes importantes –dijo, risueña, cálida y emocionada, en un momento la actuación-. Yo canto a las pequeñas cosas que, al final, son las más grandes”. Me comentaba Toni que siempre dice lo mismo, pero a mí me encantó volver a escucharlo.
Seré rarito, pero no me veo en un concierto de Bustamante por muy gratis que sea. Seguro que tendré otra cosa mejor que hacer. La semana que viene actúa Bebe en Madrid, nunca la he escuchado en directo, pero no encuentro acompañante, y Toni bastante tuvo con aguantar anoche la flor de romero de mi Pastora.